Hay una parte innata en la inteligencia pero también hay consejos que permiten ejercitar más la memoria, si quieres poner en práctica la tuya y mejorarla no pierdas estos diez consejos para ejercitar la inteligencia y mejorarla, lo notarás.
Y es que hay una serie de aspectos que pueden hacer que tu inteligencia mejore, quizá no lo sepas pero te pueden hacer ser más inteligentes ¿qué piensas? Es Mito o no, al parecer hay cosas que están probadas por la ciencia. Toma buena nota.
Una de las afirmaciones más extendidas es que existen indicios científicos de que dormir mal o de manera insuficiente perjudica a la inteligencia. De hecho, la información nueva que se adquiere permanece en la mente hasta después de 6 horas y refuerza durante el sueño.
Tan malo es quedarse corto como pasarse. Por eso, lo más recomendable es hacer tiempo para tomarse siestas de unos 20 minutos, para que los circuitos cerebrales se recompongan de una manera efectiva.
Otra de las ventajas de dormir correctamente es que, al despertar, te puedes sentir más relajado, se reduce tu nivel de estrés y, como consecuencia directa de esto, se incrementan la motricidad, la creatividad y la memoria.
Del chocolate como sustituto del sexo se ha hablado mucho, pero, al parecer, su consumo de forma moderada también puede contribuir al desarrollo de todas las capacidades intelectuales.
Un estudio reciente ha determinado que los países que más premios Nobel tienen en su haber son en realidad aquellos que suelen consumir más chocolate per cápita. Sus autores asocian este beneficio a los flavanoides, antioxidantes presentes en este alimento y en el vino.
El cardiólogo Franz Messerli, un referente del hospital St Luke’s-Roosevelt de Nueva York y autor de esta investigación, reconoce que sus conclusiones pueden sonar algo alocadas, pero que los datos son absolutamente reales.
La búsqueda de la felicidad se ha convertido en el gran objetivo de este siglo. Existen multitud de manuales, métodos, consejos… para convertir la felicidad en un estado de ánimo permanente. ¿Es posible?
En el pasado se creía que las personas que tenía un alto coeficiente intelectual eran propensas a sufrir depresión e incluso cambios de humor frecuentes. Sin embargo, un estudio realizado en Reino Unido mostró que aquellos con menor coeficiente intelectual fueron más propensos a ser infelices.
Este trabajo desmitifica la idea del escritor Ernest Hemingway, a quien se le atribuye la frase de que la felicidad en la gente inteligente es la cosa más rara que el autor de El viejo y el mar y Por quien doblan las campanas conocía.
Mucho de ha hablado hasta ahora sobre la plasticidad del cerebro, y lo más frecuente era pensar que el cerebro de un adulto que estaba completamente formado no se podía modificar.
Sin embargo, los neurobiólogos han descubierto que este órgano continúa su desarrollo durante toda la vida. Basándose justamente en esa premisa, el profesor Richard Restak en su vídeo educativo ” predica que se puede estimular la mente más allá sin importar la edad.
De esta manera, propone una gimnasia mental para conseguir una mejora en el rendimiento que permita enfrentarse de una forma más eficiente a los desafíos cotidianos, resolver problemas y adquirir nuevos conocimientos.
El cerebro se divide en dos hemisferios que poseen sus diferencias y, al contrario de lo que cabría pensar, cada uno controla el lado contrario del cuerpo. Es decir: el lado derecho, la parte izquierda y al revés. Además, cada uno tiene unas funciones asignadas.
Mientras el hemisferio izquierdo procesa la información analítica y de forma sencuencial, el derecho está asociado a la percepción global de la realidad. ¿Existe alguna diferencia cerebral entre las personas diestras y las zurdas?
Algunas investigaciones recientes señalan que los zurdos poseen un coeficiente intelectual por lo general más alto, mientras que otros estudios científicos destacan que estos grupos suelen obtener mejores resultados en las pruebas de capacidad, así como en la resolución de problemas.
Puede parecer una broma, pero la bipolaridad, asociada durante mucho tiempo a la extravagancia y el comportamiento incomprendido, podría ser contemplada como una virtud y no como una tara dentro de poco.
Un estudio científico que se basaba en la comparación entre el rendimiento de los estudiantes y su salud mental ha arrojado unas conclusiones curiosas: los que obtuvieron las calificaciones más altas eran más propensos a desarrollar un trastorno bipolar.
Además, algunas de las personalidades de la cultura más carismáticas y creativas padecían este trastorno, como el músico Jimmy Hendrix, la actriz Catherine Zeta-Jones, el escritor Charles Dickens o el científico Albert Einstein
No exentas de polémicas, las conclusiones de una investigación del año 2008 que analizó el vínculo entre el coeficiente intelectual y la religión manifestó que las personas de mayor coeficiente intelectual (CI) tendían a ser ateos.
En una escala de inteligencia, a los ateos les seguían las personas agnósticas, seguidas de las que mantenían creencias liberales y en último lugar, los creyentes fundamentalistas, sin duda más intransigentes y más cerrados a asumir puntos de vista diferentes.
Para los autores del estudio y otros posteriores, si la religión ha pervivido durante tantos milenios es porque cubre una serie de necesidades humanas. Así, entre las conclusiones los investigadores apostaban por cubrir estas necesidades con la inteligencia.
De nuevo el comportamiento extravagante y las formas estrafalarias se sitúan en el centro del debate sobre la inteligencia. Aquellas personas cuyos comportamientos escapan a las normas sociales pueden ser más inteligentes que el resto.
Se puede recurrir a más de un ejemplo para explicar que la excentricidad, sin caer en lo temerario, está íntimamente ligada a las personas más creativas y a los académicos con un mayor coeficiente intelectual.
Entre los excéntricos más célebres de la historia se encuentran desde el pintor, científico e inventor Leonardo Da Vinci hasta el modista Yves Saint Laurent y la cantante Lady Gaga, todos unos referentes en sus profesiones.
Se decía aquello de que el hombre, como el oso, cuanto más peludo más hermoso. Ahora parece que la densidad de vello corporal también influye en la inteligencia de las personas.
La psiquiatra Aikarakudy Alias, que ha estado estudiando la relación entre la inteligencia y el pelo en el pecho de los hombres durante más de 22 años, ha observado que los graduados o los estudiantes universitarios que solían tener más vello trabajaban en empleos más calificados.
Según sus estudios, los alumnos sobresalientes eran más peludos que los que obtenían peores calificaciones. Aunque estas investigaciones solo están basadas en hombres, también concluyó que el rendimiento en las personas velludas suele ser mejor que en las que no lo son.
En unos estudios sobre los arrepentimientos que expresa la gente antes de morir, se descubrió que uno de los más recurrentes era no haber pasado el tiempo suficiente con los amigos y la familia.
Interactuar con aquellos que nos aprecian y a los que apreciamos afecta de manera positiva en nuestro estado de ánimo, según unas investigaciones de la Universidad de Harvard. En resumen, casi todo lo que poseemos serían formas de tener más amigos y más familia, que es lo importante.
En la misma línea, el estudio Terman, recogido en The Longevity Project, concluía que las relaciones con los demás son fundamentales para vivir una vida plena, larga y feliz. Las personas que ayudan a sus semejantes y los cuidan tienden a vivir más que el resto.
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