El hilo de la vida. De acuerdo con la mitología griega, las Parcas o Moiras -diosas de la Vida y de la Muerte- eran tres hermanas, hijas de Nix, personificación de la Noche: Clotho, Láchesis y Átropo.
Estas eran las ejecutoras del destino y controlaban la vida de cada hombre con la ayuda de un hilo. Cada una de ellas tenía una tarea específica: Clotho se encargaba de hilarlo; Láchesis o Láquesis lo enrollaba y Átropo, la implacable, lo cortaba cuando la vida de esa persona llegaba a su fin.
El hilo de la felicidad estaba hecho de lana blanca; el de la desgracia era de lana negra y aquellas personas en cuya existencia habían alternado los buenos momentos con los aciagos, estaba formado por una mezcla de ambas lanas.
De manera que, en realidad, se trataba del hilo del sostén de la vida y de él dependíamos todos los mortales.
De ahí nació la expresión el hilo de la vida, utilizada hoy con sentido metafórico, para dar a entender lo frágil, débil y quebradizo de nuestra existencia.