Donde hubo fuego, cenizas quedan: Proverbio que se aplica, con preferencia, en la relación amorosa por el que se expresa que, si dos personas han mantenido un idilio, a pesar del tiempo transcurrido las huellas no se borran, tal como sucede con las cenizas que quedan del fuego y, cada vez que se encuentran, se reaviva el recuerdo.