LOS ICEBERGS DE GROENLANDIA
El hielo que forma los icebergs está originado en glaciares continentales de la Antártida y, especialmente, de Groenlandia, donde se fragmentan al llegar a la costa en grandes bloques de hielo que son arrastrados por las corrientes a latitudes más bajas hasta que se derriten y desaparecen. La Corriente del Labrador (también llamada de Groenlandia) es la que mayores cantidades genera. Los icebergs son de agua dulce porque son de origen continental y proceden de los glaciares formados por la acumulación de escarcha y nieve en la superficie de dichos glaciares. Con el tiempo y la acción del propio empuje periférico del glaciar debido a su propio peso, bloques de hielo se desprenden. Así es como se forman los icebergs. El hielo es menos denso que el agua; por eso flota, y por eso, también, no puede formarse hielo a cierta profundidad: más aún, el hielo que se forma en la banquisa del océano Ártico también está formado en parte, por agua dulce tanto por escarcha como por nieve, lo que significa que procede del agua atmosférica. También esta banquisa puede romperse por la propia acción de las olas y otros factores, pero siempre se trata de masas de hielo poco compactas y de reducido espesor, por lo que su vida resulta efímera. Sin embargo, no deben confundirse los términos banquisa e 'iceberg', ya que el primero responde a una capa de hielo superficial de algunos metros de espesor en los océanos Ártico y Antártico y el segundo, se trata de hielo de origen continental de gran espesor y que se va rompiendo en grandes bloques al llegar flotando al mar.