Amanecía un nuevo día y las dudas de Xio por más que meditaba, no le hacían tener claro cual era el camino que seguir, tomó la decición de sumergirse en aquellas aguas cristalinas del Lago de Sanabria, cuando de repente apareció Barcenote y sus sospechas se hicieron reales. Barcenote, sin mediar palabra, abrió un viejo pergamino en el cual apenas se distinguían las letras, ponía: "Aquél que descubra la paz espiritual vivirá para siempre, pero nunca podrá volver a casa, vagará errante toda la vida hasta perecer en el corazón de la estepa Sanabresa, tierra del general dayolok temible enemigo, que nadie quisiera tener como rival en ninguna parte, ingeniero de armas y proyectiles su mente perversa no paraba de pensar en devorar todo lo que surgía en su camino, se puso manos a la obra tenia que llegar hasta los confines de esas tierras y apoderarse de todo lo que se pusiera en su camino, para empezar a dominar a los que se opusieron a su reinado, cuando quiso empezar a cerrar la ofensiva se acordó de las palabras del viejo sabio, quien le enseñó a profundizar dentro de su mente y buscar la paz espiritual para sentir que aunque todo se vuelva gris y turbio siempre hay que levantarse y seguir luchando, la contienda continúa su marcha imparable hacia la libertad del ser humano en su constante camino, siempre sin mirar atras