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"EXTREMADURA A LO GRANDE..."

Iniciado Por papo1, El día 01 de Diciembre de 2020, 07:30:24 07:30



Autor Tema: EXTREMADURA A LO GRANDE...  (Leído 403 veces)

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Re:EXTREMADURA A LO GRANDE >OLIVENZA, LA MESTIZA
« Respuesta #15 en: 07 de Diciembre de 2020, 07:36:50 07:36 »


OLIVENZA, LA MESTIZA
iguiendo la carandelliana Raya hacia el sur está una de las rarezas más raras de este delicioso país: Olivenza. Se trata de un pueblito blanco hasta provocar daños ópticos, de calles rectilíneas, ventanas enrejadas y arcos decorativos.Frente al edificio del Ayuntamiento, la puerta de estilo manuelino quiere decirnos algo. Este pueblo perteneció a Portugal durante más de 500 años, y todavía algunos irredentos reclaman su posesión, pese a que ambos estados afirman haber zanjado el asunto. Solo los más viejos hablan portugués, pero esta lengua fue la mayoritaria en el pueblo hasta la década de 1940.

Pero a Olivenza no se va solo por la peculiaridad histórica. Sus iglesias están repletas de azulejos al estilo luso. El templo de Santa María exhibe un dorado Árbol de Jesé de 15 m de altura. Y la nave principal de la iglesia de la Magdalena se sostiene con una columnas helicoidales que favorecen la tortícolis.

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Re:EXTREMADURA A LO GRANDE >GUADALUPE, LA GUINDA PEFECTA
« Respuesta #16 en: 07 de Diciembre de 2020, 07:38:09 07:38 »


GUADALUPE, LA GUINDA PEFECTA
No se me ocurre mejor manera de cerrar un viaje extremeño que en el monasterio de Guadalupe. Gótico, mudéjar, barroco, en pie desde que en 1322 la Virgen se apareciera a un pastor. Se comenzó con una ermita, por supuesto, pero el santuario se convirtió en un enorme recinto fortificado con dos claustros, uno mudéjar y otro gótico flamígero. Un complejo que durante la Edad Media llegó a albergar hasta once hospitales. Reyes, nobles, exploradores, literatos, santas místicas y conquistadores han descansado sus huesos aquí. La Virgen de Guadalupe, oscura de piel –¿el color de la madera o pagana reminiscencia del culto a la Madre Tierra?–, ha sido bastante viajera. Estuvo en Constantinopla largo tiempo antes de regresar.

Prácticamente todas las estancias de Guadalupe apabullan por su historia y monumentalidad. Sin embargo, hay dos piezas que reclaman letras capitulares. Una es la biblioteca, que supera los 100.000 volúmenes, lo que no es un dato menor, teniendo en cuenta que el santuario estuvo prácticamente arrasado desde la Desamortización y hasta que en 1908 se hicieran cargo de él los franciscanos.

Y el otro es la sacristía, que muchos consideran más una pinacoteca, con ocho cuadros de Francisco Zurbarán. Hay en el recinto, además, un museo de libros miniados, obras de Luca Giordano, Goya, El Greco… En fin, que obrará muy santamente quien decida pasar, por lo menos, una noche en la hospedería y desgranar un par de jornadas en este fastuoso monasterio enclavado en la sierra de las Villuercas –y esta es otra de las singularidades extremeñas–, uno de los extremos transoceánicos de los Apalaches norteamericanos.