Una empresa constructora estaba construyendo una nueva plaza de toros en Sevilla. El capataz de las obras era catalán y en voz alta les decía a sus obreros, venga! más ladrillos, más cemento, venga! más ladrillos, más cemento y así toda la mañana y la jornada. A media tarde uno de los obreros deja el trabajo y se va de la obra. El capataz al verlo le dice Ehhh! tu! ... adonde vas?. Y le responde, ¡A comprar las entradas de toros, pues al ritmo que vamos el domingo hay corrida!!!!!