CARRETERA AUSTRAL (PREFERIBLEMENTE EN OTOÑO)Un road trip fabuloso al encuentro de la naturaleza de la zona austral de Chile. “Quien se apura en La Patagonia pierde el tiempo”, es lo que suele decir la gente de allí. La mítica ruta une Puerto Montt con Villa O'Higgins, en más de 1.200 kilómetros. Recorrerla a principios de otoño permite disfrutar de los colores ocres cuando la carretera está mucho menos transitada que en verano.
CHIPREA la tercera isla más grande del Mediterráneo le sobran motivos para atraer y, después, enamorar. A caballo entre oriente y occidente, donde Europa, África y Asia se dan la mano, es un mosaico de todas las culturas y civilizaciones que han pisado sus tierras. Las huellas más evidentes son la griega y la turca como resultado de su historia más reciente, que ha convertido Nicosia en la única capital dividida de Europa. Efervescente y diversa, es el punto de partida perfecto para recorrer el resto de la isla: las montañas de Troodos y sus pueblos con iglesias y monasterios Patrimonio de la Humanidad; la frondosidad que se extiende por el bosque de Pafos y la península de Akamas; los restos arqueológicos de Kourion y Kato Pafos; y un litoral que en Petra Tou Romiou vio nacer a Afrodita y en Cabo Greco encuentra su vertiente más salvaje cerca de la concurrida Ayia Napa. Por no hablar de una gastronomía que ha sabido conjugar lo mejor de la herencia griega y de próximo oriente con sus coloridos y sabrosos mezze.
SEÚLAterrizar a la capital coreana es llegar a muchas ciudades a la vez. Por un lado, la Seúl cosmopolita se presenta con los rascacielos de su barrio más famoso: Gangnam, donde de día es un importante centro financiero y al caer el sol se convierte en epicentro de la vida nocturna. Por otro lado, su faceta tradicional aflora por las coquetas casas de Bukchon Hanok Village, barrio de la nobleza coreana en el siglo XV. Tampoco hay que dejar de explorar su comercial calle de Myeong-dong, de perderse por los aromas y sabores de Namdaemun Market, de observar la capital desde la N Seoul Tower ni de patear su ciudad subterránea: el metro. Y, en cada rincón de Seúl, en restaurantes o puestos de comida callejera se puede degustar su gastronomía local, como el kimchi o las típicas barbacoas coreanas junto al afamado Soju. A unos 50 kilómetros de la capital, se encuentra la Zona Desmilitarizada de Corea (DMZ), el Paralelo 38, considerado la última frontera de la Guerra Fría que hoy atrae a medio millón de visitantes al año.
VIETNAMDe las montañas de Sapa al Delta del Mekong, Vietnam muestra todas sus facetas. Su capital, Hanoi, fue fundada en el año 1010 a orillas del río Rojo y hoy se recorre desde un centro dominado por el lago Hoan Kiem, al norte del cual se encuentra la Hanoi más genuina con sus calles organizadas por gremios. A unos 150 kilómetros de la capital, la Bahía de Halong se ha ganado ser la imagen de Vietnam gracias a sus casi 2000 islotes de piedra calcárea y exuberante vegetación que emergen en el Golfo de Tonkín. Todavía en el norte, merece la pena visitar Sapa y sus fotogénicas terrazas de arrozales y, ya rumbo al sur, la ciudad imperial de Hue es parada imprescindible para conocer la Vietnam más monumental e histórica, como capital que fue hasta 1945. Siguiendo la línea de la costa, se llega a la coqueta Hoi An, con sus farolillos colgantes y sus talleres de artesanía, y se alcanza Saigón, rebautizada tras la unificación del país en 1976 con el nombre de Ho Chi Minh. Aquí, uno encuentra el frenetismo máximo, donde cada cruce de calle es una aventura. A 200 kilómetros, el Delta del Mekong permite conocer los mercados flotantes tan característicos del sudeste asiático.
ECUADOR MÁS ALLÁ DE LAS GALÁPAGOSParece pequeño frente a sus vecinos, pero Ecuador es inmenso. Lo es por su naturaleza heterogénea, que va de la selva amazónica hasta la inmensidad del Pacífico pasando por los Andes. Con esta descripción, no hay duda de que, más allá de las Islas Galápagos, Ecuador es un pequeño gran tesoro. Su capital, a 2.850 metros de altura, ya hace honor a su faceta montañosa en la ladera oriental del Pichincha. Tras una visita entre catedrales, palacios, plazas y un casco viejo Patrimonio de la Humanidad, el viaje continúa por sus alrededores, donde aparecen imponentes el Cayambe, el Cotopaxi y el Chimborazo. Sin olvidar la caldera del Quilotoa, formada por el colapso del volcán. Rumbo al interior, Baños de Agua Santa se presenta como la puerta de entrada a la selva amazónica con un entorno donde practicar deporte, contemplar grandes cascadas como el Pailón del Diablo y relajarse en centros termales. Ya en plena amazonía, la ciudad de Tena es una de las más accesibles para conocer su naturaleza y cultura antes de dirigirse a la costa. Allí, con Guayaquil, Montañita y Esmeralda como principales atractivos, la cultura y el entretenimiento son los protagonistas.
ESLOVENIASi fuera un color, Eslovenia sería el verde. Es tierra de bosques y parques naturales donde el agua juega a aparecer con cascadas, ríos y lagos. Uno de los más conocidos, el lago Bled, es la imagen por excelencia del país, con su castillo en medio y sus senderos que recorren la orilla. Se encuentra en la Eslovenia más grandiosa, al abrigo de los Alpes Julianos en el Parque nacional de Triglav, donde merece la pena hacer senderismo u otras actividades como kayak o escalada. Dejando atrás la zona alpina, al noroeste se alcanza una faceta igualmente exuberante, pero mucho más tranquila: la Eslovenia panónica termal, con balnearios y aguas termales rodeadas por viñedos. El centro sigue siendo verde, pero toda la atención se la lleva Liubliana, una capital con aires mediterráneos y alpinos, arquitectura austrohúngara y una vasta oferta cultural y de ocio. Y, para terminar, la pequeña Eslovenia mediterránea se asoma al mar con pueblos costeros abrigados por la zona del Karst, donde se encuentran las afamadas cuevas de Postojna.
PAÍSES BAJOSLa capital holandesa es la ciudad más conocida del país, pero hay que saber que los Países Bajos van mucho más allá de la cautivadora Ámsterdam. Una ruta por esta región tiene la ventaja que se puede visitar de punta a punta en un único viaje gracias a su magnífica red de trenes, de hecho, ningún destino está a más de dos horas y media de distancia. Utrecht, Róterdam, La Haya, Eindhoven, Groninger, y todos lo pueblecitos que les rodean son merecedores de una visita. Como Giethoorn, la Venecia holandesa; Vleuten, donde se encuentra el castillo en el que se firmó el Tratado de Utrecht; y todos los pueblos pesqueros del norte de Ámsterdam, como Edam, Volendam o Marken, que es posible recorrer cogiendo un autobús desde la Estación Central.
ISLAS AZORESEn medio de la inmensidad azul del Atlántico se encuentra este archipiélago de origen volcánico conformado por nueve islas. Todas se caracterizan por la increíble belleza de la naturaleza que las inunda, pero cada una ofrece paisajes diferentes. Sao Miguel es la isla más grande de todas y tiene la ventaja de que cuenta con una buena conexión aérea. De ella cabe destacar la ruta de lagos, el islote de Vila Franca do Campo y las piscinas naturales y termales como la que se encuentra en el Parque Terra Nostra, uno de los jardines más bonitos de Europa, que invita a darse un baño a todo el que pase. Desde allí, se pueden visitar el resto de islas como Pico, llamativa por la historia de la industria ballenera; Flores, caracterizada por sus cascadas de más de 300 metros de altura; San Jorge, considerado el santuario del bodyboard y del surf; o Santa María, conocida por los viñedos de Baía de Sao Lourenço y por Barreiro da Faneca, un paisaje semidesértico y arcilloso de color rojizo único en las Azores.
PERÚPerú es pura belleza paisajística y un país para descubrirlo una y otra vez. En Lima hay que disfrutar de la esencia cosmopolita de la capital, la arquitectura colonial, la imponencia de sus acantilados y la influencia gastronómica provocada por las inmigraciones chinas y japonesas, dando lugar a dos cocinas fusión, la chifa y la nikkei. Cuzco, y su Machu Picchu, son la esencia del Imperio Inca y las raíces más profundas del país. Y a medida que se avanza hacia el este, aparece la amazonía peruana dónde disfrutar de la mayor biodiversidad del mundo y de las especies endémicas que albergan sus selvas.
TÚNEZEl magnetismo de Túnez se debe al contraste de sus paisajes: pequeños oasis plagados de vegetación frente a una superficie de desierto que ocupa el 40% del país; playas paradisíacas que confrontan con la imponente belleza de los desfiladeros que cruzan sus montañas; o los poblados bereberes que se transforman en la semilla cultural de los barrios más cosmopolitas. Todo eso en un mismo país con la posibilidad que ofrece -por tamaño- de recorrerlo entero, de la capital hasta el Sáhara. El roadtrip perfecto sale de Túnez, la capital homónima, para llegar hasta Douz -conocida como la puerta del desierto-, descubrir la lujosa isla de Djerba y dejarse embaucar por los paraísos de Madhia, Sidi Bou Said, Susa o Hammamet.
NORTE DE TAILANDIAPegando a las fronteras de Laos y Myanmar se encuentran tres provincias diferentes entre sí que se convierten en un must a la hora de recorrer Tailandia. Hasta Chiang Mai la mejor forma de llegar es en un tren cama desde la capital, Bangkok, o desde Ayutthaya. El viaje ofrece la oportunidad de descubrir al amanecer las selvas del interior del país y, al llegar, sus antiquísimas pagodas y templos con más de 700 años de antigüedad. Chiang Rai es conocida como el Triángulo de Oro por ser el punto en el que confluyen las tres fronteras y donde el río Mekong se une al río Ruak, un lugar en el que antiguamente se intercambiaba opio por oro. Y en Mae Hong Son se encuentra Pai, una pequeña ciudad selvática de corazón hippie que enamora a cualquiera que la pisa.