En la cena, Pepito fue obligado a dirigir a la familia en oración.
El niño le dice:
- Pero yo no sé como orar.
El papá le contestó:
- Solo ora por los miembros de tu familia,
amigos, vecinos y las personas pobres.
Pepito empezó:
- Querido Dios, gracias por nuestras visitas y sus hijos, quienes se acabaron todas mis galletas y helados. Bendícelos para que no regresen. Perdona al hijo de nuestros vecinos, que le quitó la ropa a mi hermana y luchó con ella en su cama. Para navidad por favor envíale ropa a todas esas pobres mujeres desnudas en el móvil de mi papá. Y provee un techo para todos esos pobres hombres sin hogar que usan el dormitorio de mi mamá cuando mi papá está en el trabajo.