Cadáver; mujer llorando y los de la funeraria metiendo al muerto en el ataúd:
- Señora, al ataúd no se le puede cerrar la tapa. Su difunto marido
tiene el pito tieso y nos lo impide...
- Córtenselo y se lo meten por el culo.
- Pero señora...
- Nada, nada, le sierran el pito y se lo meten por el culo.
Lo hacen así y la mujer se acerca al marido, le observa atentamente y
nota que de los ojos salen sendos lagrimones del tamaño de puños, y le
dice:
- ¿No decías que por ahí no dolía...?