El equipo Che anota por primera vez en toda su historia cinco goles en una primera parte a domicilio en la competición; el Huesca, a Segunda.
De la forma más sonrojante posible, el Huesca le coge la mano al Rayo Vallecano y desciende en su primera estancia en la máxima categoría del fútbol español. El Córdoba, en el año 2014/2015, fue el último equipo en Primera División que bajó según subió. Le ha imitado el conjunto alto-aragonés que ya tenía la papeleta complicada antes de que empezase el encuentro puesto que necesitaba ganar los tres partidos que restaban merced a las victorias a lo largo de la jornada de Celta de Vigo, Levante y Real Valladolid. A pesar de debutar con victoria en la categoría (en el recuerdo el 1-2 en Eibar con doblete de Álex Gallar), arrancó tarde en la temporada y la buena sintonía en las últimas jornadas (encadenaba seis partidos seguidos sin perder) con un tridente formado por el Cucho Hernández, Chimy Ávila y Enric Gallego que hacía las delicias no solo del aficionado oscense sino del público al fútbol en general no ha bastado para arreglar lo que ya parecía irremediable.
Enfrente se encontraba un Valencia que parecía rotar debido al esfuerzo de la derrota cosechada en Londres por el partido de ida de Europa League. Pero no, Marcelino García Toral solo realizó tres cambios en el once y fue a por el partido desde el principio. Desde el minuto 2 para ser más exactos después de un desajuste monumental de la zaga anfitriona tras el arrastre de Rodrigo Moreno que dejó solo a Daniel Wass que, a trompicones, definió en el 01:39 en uno de los tantos más tempraneros de esta campaña. A partir de ahí coser y cantar hasta lograr un hito histórico en sus 100 años de existencia. Marcar cinco goles por primera vez en una primera parte de la liga. Mucha culpa tuvo el desquiciamiento del Huesca y la motivación de un Santi Mina que fue protagonista en todos los tantos siguientes: dos goles y dos asistencias en la que es su mejor participación liguera igualando aquellos cuatro tantos que le marcó al Rayo con la camisola del Celta.
El último tanto de este primer tiempo fue pleno símbolo de lo que fue el partido. Cesión de David Ferreiro atrás buscando a Santamaría y sin darse cuenta que Rodrigo Moreno pasaba por allí. Al internacional español le pilló de improviso y estuvo muy lento en el mano a mano. Llegó Etxeita que, para colmo de infortunios, se alojó el balón en su propia portería. Tras el paso por vestuarios, el guión no varió porque el propio David Ferreiro, reconvertido para el día de hoy por la baja de Jorge Miramón, se quedó colgado en un pase filtrado de Carlos Soler sobre Santi Mina que cedió a Rodrigo Moreno el sexto. Para aquel entonces ya estaban descansando Parejo y Guedes. Después, tras unas molestias, lo haría el propio hispano-brasileño.
Eran los minutos de la basura en un final de partido donde Gonzalo Melero, que tras salir al campo se hinchó a remates (cinco) y Álex Gallar de penalti evitaron la que hubiera sido la mayor goleada de la historia del Valencia en liga en medio de un Alcoraz que celebró el fin de fiesta: la de la despedida del Huesca a la Primera División. Por su parte, el Valencia lo quiere todo. No renuncia a nada. Se agarra a la liga para entrar en la Champions League y el jueves en Mestalla viene un viejo fantasma llamado Unai Emery para intentar derrotarle y plantarse en nada más y nada menos que una final europea.
Lo sentimos pero no se le permite ver el contenido Registrate.
Tema: Huesca 2-6 Valencia: Un cruel verdugo que lo quiere todo (Leído 230 veces)