En muchas ocasiones acaban en la basura restos de comida perfectamente aprovechables. He aquí algunos consejos prácticos para evitar esta situación
Cuando es tiempo de apretarse el cinturón, el carrito de la compra suele ser una de las cosas que primero se resiente. Es por ello que, en cuestión de mesa y mantel, resulta de lo más interesante aprender a aprovechar esos restos y sobras que muchas veces llegan a la basura antes de lo necesario.
Pequeños trucos que ya usaban nuestras abuelas, y las abuelas de nuestras abuelas, y que nunca está de más tener presentes.
Cuando la fruta está a punto de pasarse, resulta una magnífica opción 'convertirta' en una rica macedonia acompañada de azúcar, miel, yogur...
Así por ejemplo, uno de lo más recurridos consiste en reutilizar los restos de pollo, carne o pescado para la elaboración de deliciosas croquetas o empanadillas.
También es muy recurrente utilizar la carne usada para un cocido o un caldo y convertirla en un sabroso guiso de carne con tomate y pimientos.
Si hemos tenido una celebración y ha sobrado cava o champán, ¿qué tal preparar un sorbete con ese sobrante añadiéndole helado de limón?
Los restos de verduras, hortalizas o legumbres pueden transformarse al día siguiente en un apetitoso puré.
Otro ‘clásico’ de la reutilización pero que a veces parecemos olvidar es la fórmula ‘fruta a punto de pasarse’ = deliciosa macedonia con azúcar, yogur o miel.
Cuando los huevos de la nevera están a punto de caducar, una buena idea consiste en cocerlos y preparar para el menú del día siguiente unos huevos rellenos de atún; sencillísimo y muy económico.
También referido a los huevos, nada como un revuelto para aprovechar los restos más variados de comida. ¡Más que socorrido!
El pan del día anterior resulta duro y gomoso pero... ¿y si lo convertimos en unos picatostes para ese puré del que hablábamos antes?
Otra idea: la ensaladilla rusa sobrante puede convertirse en el relleno de unos ricos rollitos de jamón york.