4 per. 25 min.
400 g de guisantes congelados
2 cebollas moradas
4 huevos
1 copa de vino blanco
Vinagre
Unos tallos de cebollino
Aceite de oliva
Sal y pimienta
Pela las cebollas y córtalas en juliana fina. Calienta un wok o una sartén amplia con un chorrito de aceite; agrégalas, remueve y saltéalas durante un par de minutos. Incorpora los guisantes congelados. Saltéalos 3 minutos, salpimienta y agrega el vino.
Remueve, tapa la sartén y dejarreducir durante 4 minutos más o menos. Retira del fuego y reserva.
Lava, seca y pica el cebollino. Calienta agua en un cazo. Cuando llegue a ebullición, añade dos cucharadas de vinagre.
Casca un huevo en una taza y déjalo caer en ella con cuidado. Escálfalo 3 minutos, envolviendo la yema en la clara con una espumadera.
Escúrrelo y pásalo a un plato. Repite la operación con el resto de los huevos. Reparte los guisantes en platos, añade un huevo en cada uno y servir enseguida, espolvoreado con el cebollino.
El truco: saca los guisantes del congelador justo cuando se vayan a utilizar. Al ser congelados, se cocinarán un poco más que si fueran frescos.