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Iniciado Por coquidex, El día 09 de Febrero de 2023, 11:02:30 11:02



Autor Tema: La Superliga se reinventa para sobrevivir  (Leído 64 veces)

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La Superliga se reinventa para sobrevivir
« en: 09 de Febrero de 2023, 11:20:36 11:20 »
La competición aspira a tener entre 60 y 80 equipos repartidos en divisiones y el objetivo es que todos los clubes jueguen al menos 14 partidos.



La Superliga quiere reinventarse. La empresa impulsora de la competición, A22 Sportsmanagent, a través de su CEO, Bernd Reichart, ha elaborado un decálogo con diez puntos, que recoge El País, en el que se recogen importantes cambios respecto a la idea original, que además en su día no fue bien explicada y que se encontró numerosas piedras en el camino. Su objetivo ahora es sobrevivir y, luego, llegar a materializarse.

La nueva Superliga apuesta por una competición en la que participen los mejores clubes de las grandes ligas europeas y en la que prime el mérito deportivo, acabando de paso con la Champions League organizada por la UEFA y que a juicio de Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín, las tres entidades que siguen al frente del proyecto, no genera suficiente dinero para los interesados, que además no pueden participar en las decisiones del organismo.

En su opinión, son los equipos los que se gastan el dinero y es la UEFA quién se ve beneficiada de todo, sin apenas hacer nada. Ese es uno de los principios contra los que quiere luchar esta Superliga, que además quiere alejar a los clubes estado con un estricto control financiero que no se ha hecho a nivel europeo.

Las tres entidades que siguen en el proyecto ya han contactado con más de 50 clubes europeos y aspiran a crear una gran liga en la que participen entre 60 y 80 equipos repartidos en divisiones.

La idea de la actual Superliga es convencer, además de a los clubes más punteros, a otros históricos campeones de títulos europeos que ahora están en segunda o tercera línea y con ingresos económicos muy modestos.

Para generar más ingresos serían los propios clubes los que gestionen las competiciones, al margen de las Federaciones como la UEFA y la FIFA.

"Las competiciones europeas de clubes deberían estar gobernadas por los clubes, tal como ocurre en el ámbito nacional, y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo", dice el nuevo decálogo.

Reichart destaca sin embargo, la dificultad que se encuentran para convencer a otras entidades a participar en la competición, ya que "en los encuentros que hemos mantenido hasta el momento hemos podido sentir el temor de los clubes a manifestarse públicamente contra un sistema (la UEFA) en el que la amenaza de sanciones se utiliza para impedir cualquier intento de oposición", tal y como le ha sucedido al Madrid o al Barça.

La Superliga garantizaría además a todos los clubes un mínimo de 14 partidos, uno más de los que disputan los finalistas de la Champions, con lo que eso generaría para los ingresos. Y es que uno de los grandes objetivos pasa por "un mayor reparto de recursos financieros para toda la pirámide". A eso se unirían unas "normas de sostenibilidad financiera que se apliquen de forma rigurosa" .

En esa línea, se habla de "limitar el gasto de los clubes en salarios y traspasos de jugadores a un porcentaje fijo de sus ingresos anuales, con normativa específica ajustada a los clubes más pequeños y al periodo transitorio".

El decálogo recoge también que los clubes participantes deberían seguir comprometidos con sus competiciones y torneos nacionales, uno de los puntos peor explicados por la Superliga inicial y que provocó la ira de los aficionados, sobre todo los ingleses.
Los aficionados, en el centro

Otro de los aspectos más importantes del decálogo son precisamente los aficionados. "El objetivo debe ser desarrollar una competición europea de fútbol que se convierta en el acontecimiento deportivo más emocionante del mundo", dice el texto, que destaca que "los aficionados europeos se merecen los mejores partidos y la mejor experiencia", sobre todo los aficionados más jóvenes, cada vez más alejados del fútbol actual.

Además, se pone especial importancia en el cuidado y salud de los jugadores que disputan la competición para que no se carguen de partidos.  También hay apartados para el fútbol femenino y la solidaridad entre clubes e instituciones, entre las que se incluye a la Unión Europea.

Respecto al primero de los puntos, destaca que "para lograr este objetivo debería ampliarse significativamente la financiación proveniente de competiciones europeas femeninas de clubes", entre otras cosas.

Ante este órdago, la UEFA ya ha reaccionado. Ha cambiado el formato de la Champions a partir de la temporada 2024-2025, en la que se pasará de 32 a 36 participantes y de seis a ocho partidos en la primera fase, cuatro en casa y cuatro fuera, contra rivales distintos.
La Superliga y su futuro

Hay que recordar que en abril de 2021, doce clubes anunciaron la formación de una Superliga europea, pero el plan fracasó a los pocos días debido a la oposición de aficionados, ligas y federaciones. Nueve de los clubes se retiraron rápidamente del proyecto: los seis equipos ingleses Manchester City, Manchester United, Liverpool, Chelsea, Tottenham y Arsenal, además del AC Milan, el Inter de Milán y el Atlético de Madrid, aunque todavía no se han desligado del proyecto contractualmente.

El pasado 31 de enero, la Audiencia Provincial Civil de Madrid reactivó las medidas cautelares que impiden que tanto la FIFA como la UEFA puedan establecer sanciones contra la Superliga, después de revocar el auto del 20 de abril de 2022 del Juzgado de lo Mercantil no 17 de Madrid decretando el alzamiento de dichas medidas.

La Audiencia estimó el recurso de apelación interpuesto por la Superliga y revocó la resolución apelada del auto del pasado mes de abril, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid dictaminó el fin de las medidas cautelares solicitadas por la Superliga tras estimar el recurso presentado por la UEFA, que tenía vía libre para sancionar si lo deseaba al Real Madrid, FC Barcelona y Juventus.

Según el auto, el proyecto de la Superliga "no resultaría incompatible con que los clubes interesados pudieran seguir tomando parte en las competiciones nacionales", y resalta que la decisión de abandonar una competición "debería ser libre y no impuesta conforme a criterios de un gestor que podría incurrir en arbitrariedad desde la posición de conflicto de interés que se le suscita al monopolista que da signos de que aspira a mantener su privilegiado estatus".

Sin embargo, la decisión que marcará el devenir de la Superliga está en manos de Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que tiene pendiente emitir una sentencia al respecto. El informe previo del abogado general de la UE, Athanasios Rantos, fue favorable a la UEFA, a la que legitimaba para organizar y autorizar las competiciones europeas. Y aunque su opinión no tiene por qué ser igual al fallo que se emitirá en primavera, suele coincidir en un 80% de las ocasiones. En caso de que así sea, la competición recibiría un duro golpe.

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