Telefónica ha vivido una de sus peores jornadas bursátiles desde el COVID tras el anuncio de Vodafone confirmando que su principal cliente en Alemania pasará a utilizar la red móvil de la operadora británica. Para ponerlo en contexto, es como si Digi cambiara de proveedor de red en España y en lugar de Telefónica utilizara Vodafone u Orange.
La operadora española ha perdido más de un 7% en bolsa evaporando cerca de 1.500 millones de euros de capitalización en apenas una sesión. El motivo es la pérdida de 1&1 como cliente mayorista lo cual implica un descenso de más el 40% del flujo de caja libre de la filial alemana. Teniendo en cuenta que Alemania supuso el 18% de los ingresos totales del primer semestre de la operadora, la pérdida de este contrato supone un contratiempo que impactará de forma negativa en los próximos ejercicios.
Tras el rápido desplome en bolsa, la operadora publicó un comunicado escueto para tratar de «frenar la sangría» confirmando que el contrato entre ambas empresas expira el 30 de junio de 2025. También confirmó la guía de ingresos para este ejercicio y el dividendo, pero al mercado no le bastó. Los inversores saben que la pérdida de un cliente que supone casi la mitad de la caja es un varapalo importante sobre todo porque además va a provocar un auténtico tsunami en el país. De hecho, cuando se conoció la noticia, Deutsche Telekom también reaccionó con caídas superiores al 2%.
Vodafone herida es peligrosa
La operadora británica ha caído a lo largo de 2023 más de un 14% en bolsa, pero acumula un descenso del 60% en los últimos cinco años. Esto significa que la teleco dirigida desde enero por Margherita della Valle necesita revulsivos en los mercados donde opera y eso implica que pueda a llegar a ser agresiva erosionando aún más los márgenes de un sector que es claramente deflacionario. El acuerdo con 1&1 es un ejemplo de ello que no solo tendrá consecuencias para Telefónica, el operador incumbente alemán también tendrá que competir con otros contratos mayoristas tensionando aún más el mercado. Con este escenario, la filial alemana de Telefónica dirigida por Markus Haas necesita un «plan B» para recuperar la mitad de la caja que acaba de perder. Bien es cierto que O2 ahorrará en capex (inversión en red), energía y estructura, pero la realidad es que a día de hoy el mercado alemán puede dejar de ser estratégico para Telefónica.
¿Por qué no compró Telefónica 1&1?
Fuentes del sector coinciden en que la operadora podría haber abordado dicha operación para evitar que un competidor como Vodafone se lleve el cliente tras tres años de contrato en vigor. Obviamente una operación de M&A (Fusiones y adquisiciones) importante va a tener un impacto notable en una compañía como Telefónica que aún tiene mucha deuda, pero el mercado siempre acaba premiando cuando la operación tiene sentido.
Por poner un ejemplo, en septiembre de 2022 Adobe confirmó la compra de Figma por 20.000 millones y el mercado castigó a la empresa con un 17% de caída. Meses después la acción ha recuperado todo lo perdido y ahora Adobe es más fuerte que antes con una nueva empresa complementaria dentro de su perímetro. Ejemplos como este hay muchísimos, también en el sector de las telecomunicaciones, pero a toro pasado siempre es más sencillo ver los negocios.
A lo largo del día de hoy es esperable que Telefónica proporcione más detalles sobre el impacto de dicha operación en Alemania. Habrá que ver si el mercado ya ha descontado el movimiento de Vodafone o si por el contrario la cotización de la operadora española decide visitar los mínimos de febrero.
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