La 'tormenta perfecta' que hace temblar a EEUU y Europa: falta de productos, crisis energética y de transportes
El temor a un desabastecimiento de algunos productos se está expandiendo por Europa y EEUU. Esta falta de stock es el resultado de la combinación de varias crisis simultaneas que se superponen. Por un lado, una crisis mundial de materias primas, relacionada con la tecnología y la extracción de minerales. A la que se suma otra asociada al transporte debido a la falta de contenedores, principalmente los que vienen de Asia, y la crisis energética. Todo ello ha originado un caldo de cultivo que ha desatado las alarmas en Occidente, donde ya notan la falta de algunos productos, una situación que se prevé que empeore en Navidad con más escasez y subida de los precios.
Esta escasez de materias primas y de componentes intermedios así como su encarecimiento lleva meses afectando a la industria. Sin embargo, es ahora cuando se ha trasladado ya a los productos de consumo y todos los expertos coinciden en señalar que esta situación empeorará en los próximos meses.
Uno de los productos que escasean desde casi el inicio de la pandemia son los microchips. Esto afecta a todos los productos tecnológicos como telefonía, electrodomésticos, videoconsolas, informática y automóviles, entre otros. Como prueba solo en España la producción de vehículos hasta septiembre cayó un 25,1 % respecto a los nueve primeros meses de 2019, último ejercicio previo a la pandemia, debido a la crisis de los microchips, que está frenando la recuperación del sector y que se prevé que dure, al menos, hasta finales de 2022.
Estas escasez de microchips responde a la concentración de la producción de estos semiconductores en muy pocos países. Uno de ellos es Taiwán, que sufre una enorme sequía, siendo el agua fundamental para producir microchips, además de una escasez de energía y de tierras raras. Además esta escasez en la producción de semiconductores eleva su precio, lo que se ha trasladado a su vez en el encarecimiento de los productos tecnológicos.
También hay una crisis en el suministro y extracción de minerales claves para los productos tecnológicos como el litio, el manganeso, el telururo de cadmio o el indio. China, que acapara el 90% de la producción que consume Europa de algunos de esos materiales, ha reducido su producción por los encarecimiento del transporte marítimo y de la electricidad.
La falta de materias primas también está provocando problemas en algunas empresas, como las de bebidas, que se encuentran con falta de cartón o plástico para sus envases.
También ya se están registrando problemas de suministros en algunos artículos de sectores como el equipamiento del hogar, artículos de fiestas, óptica o moda.
Problemas con el transporte y la energía
A esta situación se añade la falta de contenedores para transportar mercancías desde Asia hasta Europa y América.
Las restricciones por la pandemia, el aumento del comercio on line y la escasez de personal ha provocado que haya cientos de miles de contenedores atrapados en los puertos de Europa y América sin haber descargado productos procedentes de Asia, lo que está paralizando la cadena global de suministro. Ante esta situación, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha obligado a los puertos de su país a trabajar durante 24 horas los siete días de la semana hasta que se revierta la situación.
El presidente de la asociación catalana de comerciantes Retailcat, Joan Carles Calbet, explica que en los últimos meses se ha pasado de pagar unos 2.000 dólares por contenedor a unos 14.000, ya que hay un incremento muy fuerte de la demanda y dado que China no importa y solo exporta, los contenedores no vuelven al país y cada vez hay menos. "Los pocos que hay los están haciendo pagar a precio de oro", señaló a EFE.
Este problema con el transporte, estás llevando a muchos comerciantes a sufrir con sus clientes retrasos en la entrega, lo que puede hacer peligrar el Black Friday, la campaña de Navidad y el día de Reyes.
A esta peligrosa espiral de escasez de materias primas y de transporte se suma la crisis energética que sufre el mundo. El encarecimiento de los precios de la electricidad, el gas y los carburantes afectan a la industria, reduciendo en algunos casos la producción en ciertos sectores y encareciéndola.
La suma de estas tres crisis ha provocado un peligroso caldo de cultivo que ya se está empezando a notar en Occidente con la falta de ciertos productos de consumo y subidas de precios en otros. Lo peor es que todos los expertos señalan que esta situación lejos de mejorar emporará en los próximos meses y principios de 2023.
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