España derrota a Italia con brillantez (1-2) y espera rival en la final de la Liga de Naciones
La selección española certificó este miércoles su presencia en la final de la Liga de Naciones al superar en Milán a Italia, vigente campeona continental, en un partido que España encarriló antes del descanso gracias a dos goles de Ferran Torres y a la expulsión de Bonnucci. Francia y Bélgica dirimen este jueves el nombre de la rival de la Roja en el encuentro por el título, que se disputará el próximo domingo.
La primera noticia llegó antes del encuentro, cuando en el anuncio de la alineación de España se conoció que el barcelonista Gavi, con sólo tres titularidades con su equipo en Primera, estaba entre los once elegidos por Luis Enrique para saltar al césped del Meazza. A sus 17 años y 62 días, Pablo Martín Páez Gavira, natural de Los Palacios y Villafranca rompió un récord de precocidad en su debut con la Selección que databa de 1936 y estaba en poder de Ángel Zubieta.
La selección transalpina, en la que Donnarumma escuchaba silbidos en cada intervención tras su marcha del Milan, comenzó mejor que la Roja, con una presión adelantada que le llevó a crear peligro en varios acercamientos en los primeros compases, destacando un lanzamiento de Chiesa que despejó Unai Simón en su estirada.
España tardó diez minutos en desperezarse, pero lo hizo a lo grande. Avisó con una jugada de Sarabia por la izquierda y a continuación se adelantó cuando Ferran Torres remató un gran centro de Oyarzábal, también desde la parte izquierda del ataque español. Y pudo incluso ampliar su renta, cuando Donnarumma, quizás nervioso por los pitidos, falló estrepitosamente tras un disparo lejano de Marcos Alonso. El portero del PSG no pudo agarrar el balón, que golpeó en su poste derecho, y Bonucci consiguió despejar a córner in extremis. Las tornas habían cambiado.
Hubo algún atisbo de reacción de la azzurra, pero España, monopolizando la posesión del balón llegó placenteramente hasta la media hora. Sólo una jugada ensayada, bien cortada por Gavi puso en apuros a un Unai Simón que sí tuvo que intervenir con un tiro de Bernardeschi y que tras el despeje del portero del Athletic repelió el palo. Insigne, que remató fuera a la altura del punto de penalti, desaprovechando un buen servicio desde la izquierda, demostró que la campeona europea necesitaba bien poco para crear peligro.
Pero si Italia sólo llegaba con 'chispazos' porque le costaba mucho hacerse con el esférico, a cinco minutos del descanso iba a verlo todo más cuesta arriba. Bonnucci, que había visto ya la amarilla por protestar, recibió la segunda amonestación por golpear con su codo derecho en un salto en el rostro de Busquets. Parecía que no podían ponerse las cosas más de cara para la selección española. Pero sí podían, porque de nuevo la conexión Oyarzábal-Ferran Torres iba a dar sus frutos. Esta vez, el centro del realista fue cabeceado por el citizen. España ponía pie y medio en la final del domingo.
España, al toque y sin arriesgar
Chiellini sustituyó a Bernardeschi al descanso e Italia quemó sus naves con tres centrales y dos laterales adelantados. Pero si en la primera parte sólo consiguió un 37% de la posesión, con un jugador menos los augurios para la azzurra no eran ni mucho menos halagüeños. Yeremi Pino firmó su debut en los primeros minutos del segundo período, cuando el bigoleador Ferran Torres se retiró tras un fuerte golpe.
Parecía que todos los actores del partido hubieran firmado escuchar el pitido final sin jugar los últimos 40 minutos. España tocaba y tocaba entre 'olés' para regocijo de sus aficionados, casi todos ellos estudiantes, dejando pasar el tiempo. Italia perseguía sombras y en ocasiones recurría a alguna entrada a destiempo por aquéllo de dejarlo todo sobre el césped. Y lo hacía con la anuencia de Karasev, a quien parecía sonrojarle sacar más cartulinas a los locales, cuyas acciones eran juzgadas con más permisividad que las de los españoles.
Kean, Locatelli, Pellegrini y Calabria no mejoraron mucho a Italia en el intento de refrescar al agotado campeón continental, en el que Mancini había agotado sus cinco cambios a veinte minutos del final. Merino y Bryan Gil por Koke y Sarabia fueron las variaciones de Luis Enrique. Donnarumma evitó el 0-3 con una buena parada a Marcos Alonso después de un gran pase de Yeremi Pino. No llegó el gol de España y contra todo pronóstico, llegó el italiano. Fue tras un rechace a la salida de un córner para España, cuando Yeremi Pino comprometió a Pau Torres con una cesión de cabeza cerca del centro del campo, el central español erró y Chiesa y Pellegrini se plantaron solos ante Unai Simón como Pedro por su casa. El delantero cedido por la 'Fiore' a la 'Juve' dejó el gol en bandeja al centrocampista de la Roma e Italia puso emoción a los últimos siete minutos.
Pero España no concedió ocasión alguna, y con Sergi Roberto en el césped en los últimos compases en lugar de Gavi, y con Busquets poniendo la pausa al partido, la Selección certificó su presencia en la final sin grandes apuros. De paso, rompía su reciente mala racha histórica en tierras italianas, donde encadenaba cinco partidos sin ganar, y lo hacía marcando dos goles a Italia, lo que no sucedía desde junio de 2018. La selección española ya espera rival para la final del domingo, que saldrá del vencedor de la semifinal que protagonizarán este jueves en Turín Francia y Bélgica reeditando su semifinal del Mundial de Rusia.
ITALIA 1 - 2 ESPAÑA (0-2, al descanso)
ITALIA: Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Bastoni, Emerson; Barella (Calabria, min.72), Jorginho (Pellegrini, min.64), Verratti (Locatelli, min.58); Chiesa, Bernasdeschi (Chiellini, min.46) e Insigne (Kean, min.58).
ESPAÑA: Unai Simón; Azpilicueta, Pau Torres, Laporte, Marcos Alonso; Koke (Merino, min.75), Busquets, Gavi (Sergi Roberto, min.84); Sarabia (Bryan Gil, min.75), Oyarzabal y Ferran Torres (Yéremi Pino, min.49).
GOLES: 0-1, min.17, Ferran Torres. 0-2, min.45+2, Ferran Torres. 1-2, min.82, Pellegrini.
ÁRBITRO: Sergey Karasev (RUS). Amonestó con tarjeta amarilla a Azpilicueta (min.45), Sarabia (min.65), Yéremi Pino (min.71) y Oyarzabal (min.89) en España; y a Locatelli (min.82) en Italia. Además, expulsó por doble amonestación a Bonucci (min.30 y 42).
ESTADIO: San Siro. 36.000 espectadores.
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