Hay dos tipos de trabajadores flojos: Los mayas y los aztecas.
Los mayas son aquellos que todos los días llegan al trabajo una hora más tarde, se van a desayunar, vuelven tres horas después y preguntan:
- ¿MAYA-mado alguien?
Los aztecas son aquellos que llegan al trabajo, marcan la tarjeta y se marchan con la intención de no volver, pero antes de irse le dicen al compañero:
- AZTECA-rgo de lo mío.
Un vendedor ambulante gritaba: - ¡Bolitas adivinadoras, bolitas adivinadoras, bolitas adivinadoras a 5 dólares! - ¿Qué es lo que hacen esas bolitas? Pregunta un señor. - Hacen que usted adivine, responde el vendedor. Entonces, el señor le compra una de las bolitas adivinadoras y al masticarla le dice: - Pero, esto es pura tierra. - ¡Otro que adivina!
Un hombre entra a la ferretería. - ¿Señor tiene clavos? - No, no tengo. - ¿Y pintura? - La verdad es que tampoco tengo. - ¿Y un serrucho? - Mire señor, para serle franco no tenemos nada. - Bueno, ¿y entonces por qué no cierra? - ¡Porque no tengo candados!
Martín estaba trabajando, cuando su jefe le pregunta:- ¿No va a ir al velorio de su suegra?Y él le dice:- No jefe, primero el trabajo, después la diversión.
En la funeraria...
¿Qué quiere que le hagamos a su suegra? ¿Incinerarla o enterrarla?
¡Las dos cosas! ¡No corramos riesgos!