Santillana del Mar Cantabria

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Santillana del Mar
Cantabria


EL PUEBLO MÁS HERMOSO El que fuera definido por Jean Paul Sartre como “el pueblo más hermoso de España” ha sabido mantener en su casco antiguo toda su impronta medieval.

El que fuera definido por Jean Paul Sartre como “el pueblo más hermoso de España” ha sabido mantener en su casco antiguo toda su impronta medieval.

Aunque toda la fama se la llevan las cercanas Cuevas de Altamira, a solo dos kilómetros emerge, poderosa y atractiva, Santillana del Mar, que, como dice un viejo refrán, es la ciudad de las tres mentiras: ni es santa ni es llana ni tiene mar. Pero nada de eso necesita para ser uno de los lugares más visitados de Cantabria, con un casco antiguo que ha sabido conservar toda su impronta medieval. Casas en piedra con escudos blasonados, palacios como el de los Velarde y monumentos únicos, como la colegiata de Santa Juliana, del siglo XII, una de las más importantes muestras del románico en la región, con un precioso claustro, conforman su catálogo patrimonial. El Museo Diocesano, en el convento de Regina Coeli, cuenta con una importante colección de arte popular, y el Museo El Solar, con instrumentos de tortura usados por el Tribunal de la Inquisición contra la herejía. Una herejía sería hoy no probar sus deliciosas quesadas con un vaso de leche, para rememorar los tiempos, no demasiado lejanos, en los que las vacas, junto a sus pastores, transitaban a sus anchas por las calles empedradas. Visitar el curioso Museo del Barquillero y sus muchas tiendas de artesanía puede ser el preludio perfecto para otro deber obligado en Santillana, si la época del calendario así lo permite: probar un cocido montañés.

El que fuera definido por Jean Paul Sartre como “el pueblo más hermoso de España”, es un buen punto de partida para descubrir la costa occidental cántabra y sus lugares más especiales, como el Parque Natural de las Dunas de Liencres o el Parque Natural de Oyambre, que se expande hacia el sur y el oeste de Comillas, localidad en la que hay admirar su Capricho. Construido en 1885 por Antonio Gaudí, es todo un alarde de imaginación y fantasía de su creador, que jugó con los volúmenes y los mosaicos para dar color y calor mediterráneo al edificio. San Vicente de la Barquera es la última gran villa marinera antes de alcanzar Asturias.