Un gallego llega borracho a su casa y cuando abre la puerta y ve su imagen reflejada en un gran espejo que su mujer acaba de comprar. Se asusta y se va corriendo a llamar a la policía local:
- ¡Vengan rápido, que hay un ladrón en mi casa!
Uno de los policías, también gallego, le acompaña a su casa, abre la puerta con sigilo, sorpresivamente se ve el espejo y le dice al propietario:
- ¡Bah! no se preocupe, que ya hay un policia dentro.