Los alemanes empezaron dominando, pero con el paso de los minutos el Chelsea se hizo con el encuentro y tuvo opciones para sentenciar
El Eintracht descubrió que todo esto no iba a ser tan sencillo. Tardó un rato, alrededor de media hora, pero de repente se vio rodeado, con el balón perdido y asfixiado por un equipo, el Chelsea, que está construido para ser mejor. Se quedó con un empate a uno, dejó viva la eliminatoria. Evitó llegar a Londres sin opciones.
El Eintracht, ocurra lo que ocurra, es un éxito este año. El Chelsea necesita terminar muy bien la temporada para que se olviden los malos momentos. Y eso que ambos están cuartos en sus ligas y con las mismas opciones en Europa. Pero es que el éxito y el fracaso son siempre términos relativos.
La primera media hora dio la sensación de que al Chelsea no se le ha perdido nada en esta guerra. El Eintracht atacaba y atacaba mientras sus rivales se encontraban hieráticos, poco involucrados. Es un poco extraña la aproximación que hacen los equipos ingleses a esta competición. No les importa que queden tres partidos y que el premio final sean un título y la plaza de Champions, para ellos es poco importante. Solo así se entiende que Eden Hazard, la indiscutible estrella del equipo, empezase esta semifinal desde el banquillo.
Dijo Sarri que llevaba diez partidos seguidos de titular y que eso no puede ser, que así no se hacen las cosas. Es, al final, una cuestión de valoración, y el Chelsea no lo ve tan importante.
En ese furor alemán, se encontró el Eintracht su gol. Para ellos, no cabe duda, esto es muy importante. Es un equipo histórico del país, el rival del Madrid en la final más célebre de la Copa de Europa, pero lleva mucho tiempo sin ser relevante. Esta temporada, sin embargo, todo parece funcionar mejor, poner al club a la altura de una ciudad enorme y orgullosa como es Fránkfurt, uno de los centros del comercio mundial.
El Chelsea despertó
En ese éxito tiene mucho que ver Jovic. Es un delantero goleador, dos palabras que definen y a veces restringen. Un cabezazo tremendo para marcar el primero. No es muy alto, tampoco lo necesita, sabe estar en el lugar adecuado para no echar de menos esos centímetros. Su movimiento de cuello es de los que a la gente corriente le deja una semana con dolores. Un gol impepinable, Kepa poco pudo hacer.
Y ahí se plantó la eliminatoria, con media hora y todo a favor de los alemanes. Pero tampoco fue así, A partir de ahí el Chelsea, aunque mermado, empezó a mejorar. Jugadores tampoco faltaban, ahí estaban Loftus-Cheek, Willian o Pedro. Y de estos dos, justo antes del descanso, llegó un gol. El español se cambió el balón de pie y se lo puso muy difícil a Trapp.
Era una consecuencia lógica en la metamorfosis que había sufrido el partido. El Chelsea, con Jorginho al mando, empezó a dominar. Los alemanes luchaban y luchaban, con un desgaste tremendo y poco control, todo lo contrario a los ingleses, que pronto se quedaron con la inteligencia en el campo y fueron subiendo posiciones. David Luiz la mandó al larguero. Pedro tuvo una. Loftus-Cheek otra. También Giroud. Pero nada más, pudieron matar esta eliminatoria, y no lo lograron, llega viva a Stamford Bridge.
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Tema: Eintracht de Fránkfurt 1-1 Chelsea: La fe alemana deja viva la eliminatoria (Leído 167 veces)