Los Raptors son los nuevos campeones después de imponerse en un duro sexto partido.
La NBA tiene nuevo campeón. Los Toronto Raptors son los nuevos ganadores tras imponerse en el sexto partido a los Golden State Warriors. La franquicia canadiense ha sido superior en una eliminatoria de gran nivel de baloncesto y momentos de enorme intensidad emocional.
Kawhi Leonard fue elegido MVP de las Finales, volviendo a sonreír –sin exagerar demasiado, claro– después de un año pasado muy complicado en el que apenas pudo jugar y su salud y capacidad para seguir jugando al máximo nivel estuvieron en duda. Kawhi se une a Kareem Abdul-Jabbar y LeBron James como los únicos jugadores en ganar el MVP de las Finales con dos equipos distintos.
Kawhi se convierte también de forma oficial en un matagigantes. En 2014 cortó los dos anillos seguidos de los Miami Heat y este 2019 ha vuelto a hacer lo mismo con los Golden State Warriors. Las numerosas y dolorosas bajas han sido decisivas para los Warriors (la última, en este último partido, la de Klay Thompson). Curry y (¿qué?) compañía volverán a tener su oportunidad, pero el presente es de los Toronto Raptors. Y lo conquistaron en un sexto partido que volvió a ser una batalla.
Quintetos iniciales:
Warriors: Curry I Thompson I Iguodala I Green I Looney
Raptors: Lowry I Green I Leonard I Siakam I Gasol
Baloncesto de alto nivel en la primera parte
Se llegaba al sexto partido, el último en el Oracle Arena ya que a partir de la próxima temporada los Warriors se mudarán al Chase Center de San Francisco, arrastrando la resaca del quinto encuentro. Y qué resaca. La lesión de Durant y un campeonato que Canadá rozaba con los dedos y que tendría que seguir esperando, por lo menos un poco más.
Kyle Lowry se encargó de reclamar el título, anotando los once primeros puntos del partido para su equipo. Los Warriors tuvieron que encomendarse a Klay Thompson y las aportaciones de un Cousins más efectivo que en otras ocasiones, pese a sus limitaciones, para acabar el primer cuarto con un igualado 32-33.
El segundo envite estuvo marcado por los cambios de liderato. Cada golpe era rápidamente contestado por el rival y nadie conseguía abrir diferencias en el marcador. Los Warriors conseguían circular la pelota y pisar la pintura –Draymond Green sumó 8 asistencias en la primera parte– pero los Raptors aguantaban liderados por un Lowry estelar (21 puntos en la primera parte). Al descanso, la puntuación seguía igualada: 57-60.
Klay Thompson, otra víctima
Si había un jugador del que se esperaba mucho en las horas previas al partido, ese era Klay Thompson. El escolta ha dejado grandes actuaciones en otros sextos partidos de Playoffs, y ante la ausencia de Durant su juego era más necesario aún. Y Klay estaba en puntual camino a su cita con la historia hasta que, otra vez, una maldita lesión se interpuso en su camino.
A falta de poco más de dos minutos para el final del tercer cuarto, Thompson se disponía a acabar un mate en contraataque cuando una mala caída tras recibir una falta dañó a su rodilla izquierda. Tras retorcerse de dolor en el suelo enfiló, sujetado por dos compañeros, el camino de vestuarios.
Pero volvió. En uno de esos momentos que hacen mágicas a las Finales Klay regresó a la pista para tirar los dos tiros libres que le correspondían, llevándose una tremenda ovación y, por supuesto, sumando dos puntos más para su equipo. No pudo jugar más, acabando la noche con 30 puntos en 32 minutos de juego.
El héroe inesperado
O quizás no tanto. El bueno de VanVleet llevaba avisando un tiempo. Sus últimos partidos en las Finales de Conferencia contra los Milwaukee Bucks y los primeros de estas Finales habían sido una muestra más que suficiente de que el base estaba preparado para el momento.
Tras perder a Klay a los Warriors no les quedó más remedio que encomendarse a su defensa y esperar sumar puntos de cualquier manera posible. Iguodala, Livingston y Cousins se convirtieron por momentos en ejecutores improbables ante la telaraña que los Raptors podían lanzar contra Curry al no haber otras grandes amenazas ofensivas. Y al final acabaron cediendo. Pero solo al final.
Los 12 puntos de VanVleet dieron la ventaja a su equipo, pero los Warriors todavía tendrían su oportunidad. Con 9 segundos por jugarse y un punto abajo en el marcador, los de Kerr disponían de tiempo para elaborar una jugada. Iguodala cruzó el balón desde la banda, Green recibió y encontró a Curry. Y Stephen la tuvo.
Fue un buen tiro. Curry ha metido tiros como ese, y mucho más difíciles. Pero ese no tenía que entrar. Había llegado la hora de pasar el testigo. Los Toronto Raptors se lo habían quitado. Y ese tiro que perfectamente podía haber entrado y forzado un séptimo partido, en el que otros tiros podían haber entrado para acabarles dando un anillo, otro más, no lo hizo. No tenía que hacerlo. Las Finales habían sido de Toronto y ahora lo es el campeonato.
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