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Iniciado Por melli77, El día 04 de Marzo de 2019, 15:16:59 15:16



Autor Tema: El exnúmero dos de Interior habla de ‘incidentes violentos’ en una estrategia ‘o  (Leído 235 veces)

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El exnúmero dos de Interior habla de ‘incidentes violentos’ en una estrategia ‘organizada’ antes del 1-O

El que fuera número dos de Interior durante los acontecimientos del otoño de 2017 que se juzgan en el Tribunal Supremo dentro de la causa del ‘procés’ ha confirmado la tesis en la que la Fiscalía se apoya para acusar de rebelión a los independentistas que se sientan en el banquillo. José Antonio Nieto, que fue secretario de Estado de Seguridad con Juan Ignacio Zoido ha situado el origen de la violencia en el 20-S, cuando se produjo el asedio a la Consejería de Economía que estaba siendo registrada por la Guardia Civil, y ha admitido que en Interior había “seria preocupación por las consecuencias de ese tumulto”.

“Tuve la obligación de seguir esas imágenes y pude comprobar cómo la situación se agravaba”, ha afirmado Nieto quien, a preguntas del fiscal Javier Zaragoza, ha explicado que la Guardia Civil pidió apoyo a los Mossos y hubo “respuestas contradictorias” por parte de ellos. De hecho, ha detallado que “hubo mucha preocupación” por la seguridad de los guardias civiles y de los miembros de la comisión judicial que participaron en el registro.

Entre otras cosas, Nieto ha relatado que había “incidentes violentos” cada vez que actuaba la Guardia Civil para tratar de detener la logística del referéndum días antes del 1-O. “Nos llevaron a pensar que no era espontánea, sino que había una organización”, ha considerado. La violencia organizada que según el exalto cargo de Interior se produjo esos días se materializaba a través de los CDR, los Comités de Defensa de la República, que según ha destacado “tenían una estructura sólida amparada en otras organizaciones existentes”. A preguntas del fiscal, ha confirmado que entre las organizaciones que llamaron a esas protestas estaban la ANC y Òmnium Cultural y ha afirmado: “Sí le digo que derivaron en una actitud violenta o que propiciaba actitudes violentas”.

La declaración del exsecretario de Estado no ha dejado en buen lugar a los Mossos, de los que ha dicho que no tenían “el más mínimo interés” por coordinarse ante el 1-O. “La actitud de la dirección de los Mossos fue muy reacia a formar parte de esa coordinación y a ejercerla”, ha añadido y ha apuntado directamente al que entonces era el jefe de la policía autonómica, el mayor Trapero: “En las primeras reuniones de coordinación asistía Trapero con actitud de poca colaboración o de no asumir que fuera necesaria la colaboración y a partir del 24 de septiembre, Trapero mandaba a otros oficiales del cuerpo”. Es más, el testigo ha destacado la disconformidad de Trapero con el nombramiento del coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos para llevar a cabo esa labor de coordinación de todo el operativo dispuesto ante el 1-O: “Tengo conocimento verbal, así me lo trasladó Pérez de los Cobos, de que el mayor Trapero manifestó verbalmente que no estaba de acuerdo con la designación, y luego hubo un recurso contencioso contra la designación que fue inadmitido. Tengo constancia de que no se admitió de buen grado”.

Uno de los asuntos en los que el fiscal Javier Zaragoza ha hecho especial hincapié ha sido el carácter “pacífico” que las defensas pretenden atribuir a la movilización ciudadana en Cataluña, en contraposición a la violenta represión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se produjo el 1 de octubre. El representante del ministerio público ha preguntado en concreto por el auto del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya del 27 de septiembre de 2017 que ordenaba impedir el referéndum pero “sin alterar la normal convivencia ciudadana”. Nieto ha asegurado que el mandato relevante era el que se contenía en la la parte dispositiva de la resolución, es decir, impedir el referéndum. Eso, ha detallado, es lo que Interior trasladó al presidente de la Generalitat en la Junta de Seguridad que se celebró previamente al 1-O, el 28 de septiembre, bajo la presidencia de Carles Puigdemont.

Nieto ha llegado a calificar de “absurda” y “surrealista” esa reunión en la que se sentaron a la misma mesa quienes estaban hablando de cómo evitar el referéndum del 1 de octubre y las personas que lo habían convocado. Además, ha lamentado la “realidad paralela” en la que ya en aquél entonces se había refugiado el independentismo y que hacía imposible llegar a un entendimiento. En concreto, ha acusado al Govern de trasladar “excusas” para “justificar que no iban a hacer” nada por impedir el referéndum. “Decían que había una parte de la población que entendía que la ley era lo que se había aprobado en el Parlament”, ha detallado en alusión a la ley del referéndum aprobada por la Cámara autonómica el 6 de septiembre. “Todo el relato del movimiento independentista llevó a que la noticia fuese que el perro muerde al hombre y no que el hombre muerde al perro. Se le dio la vuelta”, ha comentado para ejemplificar lo que estaba diciendo.

A esa Junta de Seguridad convocada para ultimar los planes operativos que debían impedir el referéndum ilegal asistieron en representación del Gobierno central el propio José Antonio Nieto, el coronel Diego Pérez de los Cobos -coordinador de los mandos policiales para el 1-O-, Enric Millo -delegado del Gobierno en Cataluña- y Juan Antonio Puigserver –secretario general técnico del Ministerio del Interior. Según el relato de Nieto, los cuatro insistieron una y otra vez en la petición de que desconvocaran el referéndum a los representantes de la Generalitat: Puigdemont, el consejero de Interior Joaquim Forn (uno de los acusados en este juicio), el secretario general de la Consejería de Interior, Cèsar Puig; el director general de los Mossos d’Esquadra, Pere Soler, y el mayor de la policía catalana, Josep Lluís Trapero. La postura que defendieron fue que si se trataba de dar una muestra de movilización, que lo hicieran y que no solo no se iba a evitar por parte del Gobierno, sino que se protegería. “Pero -ha continuado el testigo- no podíamos admitir que se llevara a cabo un acto expresamente prohibido que se suspendió por parte del Tribunal Constitucional”.

Nieto ha sostenido que “no hubo el más mínimo gesto de diálogo. Llegaron con una idea y se fueron con la misma idea”. A su juicio, “se podría haber simulado ese referéndum en las plazas de los municipios o en lugares abiertos, donde no se fuese en contra de ese mandato (judicial)”. Y, en definitiva, las actuaciones policiales del 1-O “se podían haber evitado no tratando de sostener algo manifiestamente ilegal como era la celebración del referéndum”. El secretario de Estado planteó a Trapero si en una situación similar a la que vivió la Guardia Civil el 20-S, autorizaría el uso de la fuerza por parte de los Mossos. “Si hay niños o personas mayores, no”, le contestó el jefe de la policía autonómica,  lo que le dio la pista de cuál iba a ser la excusa para justificar la inacción de ese cuerpo policial. No obstante, y pese a constatar que el mayor Trapero estaba totalmente alineado con las tesis de la Generalitat, el Gobierno confiaba en que finalmente prevaleciera lo que es un principio básico de la actuación de cualquier cuerpo policial: que jamás se puede poner de espaldas o de canto con un mandato judicial sobre la mesa.

Nieto ha defendido la compatibilidad de los dos objetivos que se señalaran tanto en la resolución judicial como en las instrucciones que emanaron de Interior: impedir el referéndum y garantizar la convivencia. El cumplimiento del segundo, a su juicio, no podía pasar en ningún caso por la renuncia al primero. Según ha subrayado, “se cumplió el objetivo marcado y se hizo con una adecuada proporción de fuerza”. El problema, lo que determinó las imágenes de enfrentamientos que quedarán para siempre asociadas al 1-O, fue doble: por una parte, los Mossos fueron “insuficientes, ineficaces e inoperativos”. Por otro lado, hubo ciudadanos “con un objetivo añadido al de votar, que era impedir que la Policía o la Guardia Civil pudiera hacer su trabajo”.  “Hubo muchas personas que, seguramente de buena fe, se concentraron en esos lugares (los centros de votación). Hubo personas que no actuaron de buena fe y que actuaron sabiendo lo que hacían y con una actitud de frontalidad ante a los policías y guardias civiles”, ha señalado.

Nieto ha respondido también a la acusación popular que ejerce Vox y que en todas sus intervenciones a lo largo de este juicio trata de llegar a la conclusión de que los indicios sobre la gravedad de la situación eran muy anteriores a la fecha en la que se activó el 155, el 28 de octubre por lo que el  Gobierno no fue lo suficientemente diligente. El abogado Javier Ortega-Smith ha preguntado a Nieto cuándo conoció Interior el riesgo de que los Mossos no cumplieran las órdenes judiciales. “No hay una fecha concreta, hay una percepción”, ha replicado Nieto, quien además ha asegurado lo siguiente: “Estoy convencido de que si los Mossos, de forma clara y evidente, hubieran manifestado su voluntad de cumplir con el mandato judicial, el 1-O no se habría celebrado, es más, se habría desconvocado”.

Pero la parte más dura del interrogatorio al exsecretario de Estado ha llegado de la mano del abogado de Joaquim Forn, Javier Melero, quien den defensa de los intereses de su representado ha querido indagar sobre una consideración hecha por el testigo en su declaración previa. Nieto había tachado de “insuficiente” el borrador de un plan presentado por el mayor Trapero el 29 de septiembre para cubrir las necesidades del 1-O. “El que lo considera insuficiente es el fiscal jefe, que fue el que lo solicitó”, ha matizado el exnúmero dos de Interior y cuando le abogado le ha preguntado si lo había visto ha admitido que no lo vio en su momento porque no asistió a las reuniones en las que se abordó. “Lo vi a posteriori”, ha añadido.

Melero ha tratado de acorralar al testigo para demostrar que el dispositivo de los Mossos no solo era suficiente sino el mayor, “el más potente”, de la historia del cuerpo. Para demostrarlo ha citado el que se desplegó para las elecciones de 2015, pero Nieto se ha mostrado en desacuerdo con esa afirmación. “Estoy seguro de que no es así. El de 11.600 -ha dicho en relación a la jornada electoral- es superior al de 7.800”. El interrogatorio de Melero ha ido endureciéndose hasta el punto de provocar alguna réplica de Nieto en la que el testigo ha evidenciado su malestar, con la consiguiente intervención del presidente del tribunal, Manuel Marchena, para recordarle que él había sido citado para responder, no para interrogar a las partes personadas en el juicio.

Melero se ha centrado en la defensa de la actuación de los Mossos, es decir, del buen funcionamiento del departamento que dirigía Forn, y ha atribuido los fallos de coordinación a la otra parte del operativo, mencionando que solo se atendieron 12 de 112 requerimientos de la policía autonómica. La réplica de Nieto ha insistido en el trasfondo de una coordinación que, según él, no podía funcionar desde el momento que trataba de conciliar puntos de partida completamente opuestos: “Se evidenció que no había un objetivo común entre Policía y Guardia Civil y Mossos d’Esquadra porque no se actuaba para impedir el referéndum, sino para legitimarlo”.

También Andreu Van den Eynde, abogado de Oriol Junqueras, ha sido inflexible al tantear al testigo para pillarle en algún renuncio. Tras el relato inicial de Nieto sobre los riesgos de “choques violentos” que se barajaron en la Junta de Seguridad de cara al 1-O, el letrado ha lamentado que no aparezcan reflejados en el acta final de la reunión. “Yo no hice el acta -se ha justificado el exsecretario de Estado- si yo la hubiese hecho la habría redactado de otra forma, pero sí creo que se recoge la idea de que hay un riesgo de alteración de la convivencia si se mantiene el referéndum”. En ese punto, el abogado de Junqueras ha retado a Nieto a detallar los “actos de violencia” ocurridos en Cataluña. “Muchos”, ha respondido el testigo que se ha remitido a los acontecimientos del 20-S. “A un número importante de coches se les destroza de la forma en que se hizo. Se mantuvo a unos guardias civiles aislados sin poder salir. Me parece que es una muestra importante de violencia”, ha concretado el exnúmero dos de Interior.

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