Ingredientes: (para 18 unidades aprox)
125 g de harina
50 ml de aceite de oliva
125 ml de miel de romero
50 ml de vino blanco
1 limón verde
2 c.c. de semillas de anís
30 ml de anís
aceite de girasol para freír
harina para espolvorear unas ramitas de romero para decorar
Preparación:
Pelar el limón con un pelador procurando obtener solamente bandas de piel coloreada, sin partes blancas. Calentar el aceite de oliva en una sartén y freír las pieles de limón hasta que se doren. Retirar la sartén del fuego, añadir las semillas de anís y dejar enfriar del todo. Retirar las pieles de limón.
Echar el vino y el anís en un cuenco grande e incorporar el aceite frío con las semillas de anís y la harina. Mezclar primero y luego amasar con las manos hasta formar una bola. Echar un poco más de harina si la masa estuviera demasiado húmeda. Cubrir con un paño y dejar reposar 30 min en sitio templado.
Espolvorear generosamente con harina la superficie de trabajo y estirar la masa con rodillo hasta que quede de un grosor de 5 mm. Cortar círculos de 7 cm de diámetro y hacer un agujero con los dedos en el centro para formar roscos. Calentar abundante aceite de girasol en una sartén grande de bordes altos y depositar con cuidado los roscos preparados por tandas, sin amontonarlos.
Freírlos hasta que suban a la superficie y se doren. Escurrirlos sobre papel absorbente. Calentar la miel en una cazuelita con 1 c.s. de agua hasta diluirla. Con la ayuda de un tenedor, sumergir los pestiños fritos en la miel de uno en uno, escurrirlos y colocarlos sobre papel sulfurizado.
Disponer los pestiños en una fuente adecuada, decorarlos con unas ramitas de romero y a continuación servirlos regados con la miel restante.