Motril-Antequera con dos puertos y final en llano. Una etapa que, en principio, se presentaba como una más en la presente edición de la Vuelta a España, pero que, sin embargo, ha dado mucho que hablar. Y no solo en lo deportivo, donde Alberto Contador ha vuelvo a demostrar que está decidido a recargar su pistola hasta su retirada, sino por los elementos extradeportivos que han marcado la duodécima etapa. En concreto: dos empujones en el puerto de el Torcal que han ensuciado la tranquilidad de la Vuelta.
El primero de ellos llegó a la altura de Pilas de Cobos, en la localidad malagueña de Villanueva de la Concepción, cuando una aficionado empujó al ciclista de Katusha Maxim Belkov y lo tiró de la bicicleta y cayó fuera de la calzada. El agresor, que saltó a la carretera y frenó la ascensión del corredor rezagado, fue inmediatamente detenido por las autoridades.
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