El primero es el que la mayoría de personas conocen, se trata del truco del hielo y la sal. Si se ponen en un recipiente unos cubitos de hielo, agua y sal en una proporción que suele ser de una parte de sal por tres de hielo, se mezcla y se introduce la botella, se produce una reacción endotérmica, y es que la sal necesita calor para disolverse en el agua, y la toma de la botella, de modo que se invierten las temperaturas, la botella se enfría (y por tanto, también su contenido) y el agua con hielo sube de temperatura.
Pero ¿qué hacer si no tenemos cubitos de hielo en casa?, pues os lo contamos, aunque no es un truco que hayamos puesto en práctica. En este caso lo único que se necesita es papel de cocina absorbente. Con él se debe envolver la botella o la lata y se debe mojar lo suficiente como para que el papel se quede pegado. Entonces es necesario introducir el envase de la bebida en el congelador, el frío actuará principalmente en el agua que contiene el papel de cocina, congelándola, y así el frío se transmite a la botella a mayor velocidad.
Parece ser que también se puede hacer con papel de periódico, y el tiempo para enfriar la bebida se reduce a la mitad. Os dejamos también con un vídeo sobre este truco para enfriar una cerveza o cualquier otra bebida rápidamente. Y ya puestos, veréis algunos trucos más relacionados con la cerveza que igual os interesan, por ejemplo, cómo abrir una botella sin un abridor, cómo aprovechar una botella de cerveza vacía…
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