El combinado de Venancio López logra su séptimo campeonato continental en un partido casi perfecto
España se proclamó campeona de Europa de fútbol sala por séptima vez al derrotar en la final a Rusia (3-7), en un partido casi perfecto que cerró un gran torneo en Serbia
El partido empezó algo bronco y con ambos equipos estudiando a su rival. La baja del sancionado Eder Lima no minvó el ataque ruso pero Paco Sedano dejó claro en los primeros minutos por qué es el mejor portero del mundo, con dos paradones con el pie que evitaron el gol soviético. Por parte española, un remate acrobático de Miguelín al larguero fue el único aviso en los primeros compases. Hasta que apereció el pichichi Álex. El Diablo de Cieza adelantó a España en el minuto 9 y empataba como máximo goleador con Ricardinho.
El partido no era un gran espectáculo. Ambas selecciones se han visto en demasiadas citas importantes y se conocen a la perfección. Pero fueron los detalles los que decantaron una primera mitad casi perfecta. Los detalles y Pola. El jugador de Inter marcó dos goles que destrozaron a los rusos. En el primero, la pisó en la esquina para romper a Gustavo y superarlo por bajo. En el segundo, robó en la salida del balón para fusilar posteriormeta al meta de origen brasileño. Entre ambos tantos, la pizarra de Venancio había permitido el 0-3 de Rivillos en una volea desde nueve metros. Romulo maquilló el marcador a falta de cinco segundos pero con un imperial 1-4 se llegó al descanso.
En la segunda mitad, Rusia tuvo que adelantar líneas y apretó la salida del balón a España pero Paco Sedano apenas sufrió y los de Venancio tuvieron incluso ocasiones para aumentar la ventaja en las botas de Miguelín y Campos. Con el tiempo en contra, Rusia apostó por el portero jugador pero la falta de acierto y la gran noche de Sedano impedían la remontada. Y en una rápida transición Miguelín puso el 1-5. La final parecía sentenciada pero Robinho respondió a los segundos para sacar un punterazo raso al palo largo que devolvía la distancia a tres goles. Rusia volvió a animarse pero la defensa española funcionó a la perfección y el juego de cinco no hizo más que perjudicar a los rusos, que recibieron dos goles más, obra de Miguelín y Rivillos. El mejor gol de la noche, un taconazo de mucha clase de Mlovanov, puso el cierre a un torneo donde España ha dominado para volver con la séptima a casa.
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