Una investigación ha descubierto que las personas con infección previa por SARS-CoV-2 tienen una amplia variedad de autoanticuerpos hasta seis meses después de haberse recuperado por completo y supone el primer documento en reportar la persistencia en el tiempo de los autoanticuerpos.
COVID-19El estudio, publicado en la revista Journal of Translational Medicine, ha estado dirigido por los investigadores del Centro Médico Cedars-Sinaí (California). "Estos hallazgos ayudan a explicar qué hace que COVID-19 sea una enfermedad especialmente única. Estos patrones de desregulación inmunológica podrían ser la base de los diferentes tipos de síntomas persistentes que vemos en las personas que continúan desarrollando la afección que ahora se conoce como COVID-19 de larga duración", ha comentado la investigadora científica y coautora del estudio, Justyna Fert-Bober.
Para realizar el estudio, se ha reclutado a 177 personas con evidencia confirmada de una infección previa con SARS-CoV-2. Se ha comparado las muestras de sangre de estos individuos con muestras tomadas de personas sanas antes de la pandemia. Todos aquellos con infección confirmada por SARS-CoV-2 tenían niveles elevados de autoanticuerpos. Algunos de los autoanticuerpos también se han encontrado en personas con enfermedades en las que el sistema inmunológico ataca a sus propias células sanas, como el lupus y la artritis reumatoide.
"Encontramos señales de actividad de autoanticuerpos que generalmente están relacionadas con inflamación crónica y lesiones que involucran sistemas de órganos y tejidos específicos como las articulaciones, la piel y el sistema nervioso", ha señalado la directora del Instituto de Investigación en Envejecimiento saludable en el Departamento de Cardiología del Smidt Heart Institute y coautora del estudio, Susan Cheng.
Algunos de los autoanticuerpos se han relacionado con enfermedades autoinmunes que suelen afectar a las mujeres con más frecuencia que a los hombres, sin embargo, en este estudio, los hombres han tenido una mayor cantidad de autoanticuerpos elevados que las mujeres.
"Por un lado, este hallazgo es paradójico dado que las enfermedades autoinmunes suelen ser más comunes en las mujeres. Por otro lado, también es algo esperado dado todo lo que sabemos acerca de que los hombres son más vulnerables a las formas más graves de COVID-19", ha manifestado Fert-Bober.
Finalmente, el grupo de investigación pretende ampliar el estudio para buscar los tipos de autoanticuerpos que pueden estar presentes y persistir en personas con síntomas de COVID-19 de larga duración. Debido a que este estudio se realizó en personas infectadas antes de la llegada de las vacunas, los investigadores también examinarán si los autoanticuerpos se generan de manera similar en personas con infecciones irruptivas.
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