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Iniciado Por papo1, El día 20 de Septiembre de 2020, 14:22:39 14:22



Autor Tema: Hipertensión: el ‘asesino silencioso’ que puede ser combatido con la dieta  (Leído 222 veces)

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Hipertensión: el ‘asesino silencioso’ que puede ser combatido con la dieta
« en: 19 de Septiembre de 2020, 07:08:27 07:08 »
Hipertensión: el ‘asesino silencioso’ que puede ser combatido con la dieta

Los cambios realizados en el año 2017 a las Guías de Hipertensión, reclasificando los niveles en que una persona es considerada con alta presión, han generado mucho debate tanto, en Estados Unidos como en Europa. Sin embargo, la prevención sigue siendo lo más importante a la hora de tocar este tema. Por eso es indispensable conocer qué es la hipertensión arterial y los métodos para disminuir su prevalencia entre la población.

La presión arterial y sus niveles

La hipertensión arterial, también conocida como tensión o presión arterial elevada, es un “trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta”, describe la Organización Mundial de la Salud. Cuando el corazón late, bombea sangre a los vasos sanguíneos. Mientras más alta es la tensión, más alto es el esfuerzo para bombear el órgano, lo que puede llevar a otros problemas en la salud cardiovascular del paciente.

Antes de noviembre de 2017 la presión arterial era clasificada como normal, elevada y alta, siendo el nivel sistólico (superior) y diastólico (inferior) de 140/90 mm Hg el que diagnosticaba lo que era una persona hipertensa. Pero las Guías de Hipertensión Arterial de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología cambiaron esos índices, redefiniendo lo que es un paciente hipertenso. Ahora una persona con nivel 120-129/80 mm Hg es considerada con presión elevada y una con 130/80 mm Hg recibe un diagnóstico de hipertensión, en su estadío 1. Según la Asociación y los autores de estas guías, el cambio se realizó para “ayudar a las personas a tomar pasos para controlar la presión” y así disminuir con antelación el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.


Un dolor de cabeza podría ser signo de hipertensión

Aunque la hipertensión arterial es algunas veces descrita como el “asesino silencioso” porque en ocasiones no presenta síntomas, puede comenzar con un dolor de cabeza, que suele ser la manifestación más frecuente en el paciente.

“Las personas a veces no se dan cuenta que tienen alta presión y empiezan con un dolor de cabeza generalizado. Otros síntomas son: falta de aire al esfuerzo, dolor de pecho, palpitaciones o taquicardia y empiezan a sentirse con cansancio e incomodos”.

Entre los factores que predisponen la alta presión, están el factor genético o la herencia, la obesidad, la inactividad física, el alcohol, fumar y la diabetes. Mantener la presión controlada para los diabéticos es particularmente esencial para no perjudicar más la salud de estos pacientes.

“Los diabéticos no pueden tener una presión más alta de 130/80 mm Hg porque tienen más  probabilidad de enfermedad cardiovascular que el no diabético. Por lo que tener la condición de diabetes e hipertensión juntas es mucho más peligroso”.

Llevar una vida saludable es clave

Además del uso de medicamentos para mantener controlada la presión arterial, el tratamiento más significativo para el paciente con un diagnóstico de hipertensión arterial es la actividad física y cambiar los hábitos que puedan ser perjudiciales para la salud.

“Una de las cosas más importantes es hacer ejercicio y hacerlo por lo menos cinco veces a la semana de 30 minutos a una hora. Lo otro es bajar de peso,  una dieta baja en sal, reducir el estrés, disminuir el consumo de alcohol y  bien importante, dejar de fumar. En algunos casos también hay que tratar aquellas condiciones que puedan causar alta presión como la apnea del sueño, la enfermedad de los riñones y la tiroides”.

Por otro lado, el tratamiento para manejar la hipertensión es necesario para evitar el desarrollo de otras complicaciones de salud como los infartos cerebrovasculares, infartos al miocardio y problemas renales, entre otras condiciones.

“Si las personas no llevan tratamiento, están en riesgo de que les de un infarto cerebral, un infarto cardíaco, que los riñones se le fundan causando un daño renal, necesitan diálisis y hasta que tenga un fallo cardíaco congestivo, donde los pulmones se llenan de agua”.

Hay que tener en cuenta la importancia de ejercitarse, llevar una dieta sana, descontinuar los hábitos tóxicos y seguir las recomendaciones médicas como los mejores métodos para prevenir la hipertensión arterial.

La dieta como aliado contra la hipertensión


Los frutos rojos como las fresas pueden ayudar a controlar la tensión arterial.

Desde hace décadas se sabe que la dieta es un aliado imprescindible para combatirla. En tiempos de Hipócrates ya entendíamos que alimentación y salud van de la mano. Son como el escudo y la espada en el campo de las Termópilas de la vida. El médico griego decía: "que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina". Y puede aplicarse esta máxima a la hipertensión. Hoy lo llaman dieta DASH (enfoques dietéticos para detener la hipertensión) y es prima hermana de la dieta mediterránea.

Si se detecta una presión alta, además de seguir los consejos del médico en cuanto medicación, estas dietas pueden ser de ayuda. La tensión será alta cuando los valores de presión sistólica y diastólica estén por encima de 130/80 mm Hg en la mayoría de las veces.

Una alimentación sana y prudente, equilibrada y baja en sal (el sodio es uno de los peores enemigos en este caso), junto a un ejercicio físico moderado pero periódico, ayudará a reducir los niveles de tensión arterial.

El abuso de tabaco, alcohol o sal favorecen la hipertensión, así como el sobrepeso y el sedentarismo. Existen otros factores, como el estrés, los antecedentes familiares, algunos fármacos, elevados niveles de colesterol y, como ya hemos comentado, la edad (suele tener más incidencia a partir de los 65 años).

Si se es hipertenso, el primer paso es acudir al médico y reducir cuanto antes los factores de riesgo. Como el asesino es silencioso, se recomienda hacerse controles periódicos para determinar los niveles de presión aún estando sano.

Cambiar los hábitos será suficiente a veces para tenerla controlada, según la Fundación Española del Corazón. La sal debe ser tenida muy en cuenta. Hay que ser inflexibles con ella, como una institutriz que debe educar a un niño que juega con los cuchillos. Se recomienda no consumir más de cinco gramos al día (algo menos de una cucharilla de café) y evitar alimentos precocinados, envasados (como zumos) o ultraprocesados, pues contienen abundantes niveles de sal y azúcar ocultos.

La dieta equilibrada es el mejor escudo, el paradigma, la fuerza. Fuera grasas saturadas, mejor cincos porciones de fruta al día y aumentar las verduras; menos carne roja, más pollo. Podemos acostumbrarnos a reducir la sal utilizando sustitutos como especias, vinagre, limón. Ya sentados en la mesa, el salero debe ser tratado como si fuera la asquerosa cucaracha blanca…

La sal es necesaria para el organismo por los minerales que contiene (el sodio), pero solo en pequeñas cantidades: si nos sobrepasamos, incrementa la tensión y esto puede ser nefasto para el hipertenso.

La Fundación Española del Corazón recomienda alimentos que varios estudios han demostrado que pueden proteger contra esta dolencia. Es el caso de los frutos rojos: arándanos, frambuesas y fresas, que contienen sustancias cardioprotectoras como las antocianinas, según un estudio del American Journal of Clinical Nutrition.

El alto contenido en potasio del plátano está asociado a bajos niveles tensión, según otras investigaciones. Una dieta baja en calorías y sal es la mejor recomendación para prevenirla. Entre los alimentos destacados están el ajo, lácteos desnatados, la alcachofa, patatas asadas, chocolate negro, remolacha, cereales integrales, limón… Se debe aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, pescados, pollo, aceite de oliva virgen y alimentos con poca grasa.

Los malos son conocidos y deben disminuirse. Además del alcohol, sal y tabaco, están los dulces, mantequillas, fritos, encurtidos, embutidos, etc., que, consumidos en exceso, pueden causarla o dispararla. Como en las pelis de superhéroes, los villanos se juntan aquí para destruir la ciudad. Y tú vives en esa ciudad maravillosa: eres sus calles, plazas, parques y bloques de vecinos. Tienes un plan, sacas un plátano y apuntas al corazón.

La terapia dietética puede ser útil tanto en su prevención como tratamiento. Si además, niños y jóvenes adoptan mejores hábitos de vida estarán preparados para prevenir esta y otras enfermedades crónicas en la edad adulta. Los silentes asesinos lo tendrán más complicado con ellos.

La dieta debe ser rica en potasio, magnesio, calcio y fibra, reducida en grasas y exceso de colesterol. Todos los estudios concluyen que la ingesta de alcohol debe estar restringida: dos tragos al día en hombres y uno en mujeres, o no superar una bebida estándar.

Se necesita recurrir a algún tipo de ejercicio aeróbico regular (30 minutos de actividad física durante la mayoría de los días de la semana). Uno de los trucos que recomiendan los expertos sería incluir pequeñas variaciones en los hábitos: por ejemplo, subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, ir hasta la parada de metro más alejada, etc. Pequeños cambios que en conjunto incrementen nuestra actividad total.

La obesidad está muy relacionada con la dieta y el ejercicio físico, y tiene un impacto primario en esta dolencia (de ahí que sea mejor adoptar una dieta poco calórica). "Mantener un peso normal se asocia a que cada pérdida de 5 kg de exceso de peso puede reducir la tensión arterial sistólica entre 2 y 10 puntos", apunta la OMS en sus recomendaciones.

Poca sal, dieta variada y ejercicio diario moderado es el talismán. Muchos expertos recomiendan además comer en casa o con comida casera, precisamente para controlar las cantidades de sal, azúcares y calorías que ingerimos.

Según la OMS, las complicaciones derivadas de la hipertensión son la causa de 9,4 millones de muertes cada año en el mundo. Controlarla es una prioridad de salud, recalcando que en los países poco desarrollados su diagnóstico y tratamiento está lejos de ser el idóneo.

La comida es medicina preventiva. La dieta es una ayuda en la protección del corazón. El sistema es sorprendentemente frágil y a la vez robusto. Parece un milagro. Nuestro cuerpo repite millones de veces un ciclo a lo largo de la vida. Una bomba que envía la sangre y que necesita la suficiente fuerza como para ser recibida por los órganos del cuerpo. Las cañerías y tuberías por donde circula el líquido preciado (cargado de nutrientes esenciales como el oxígeno, proteínas y glucosa) son arterias y venas.

Puedes imaginar lo que le ocurriría a una casa si el agua que por ella circula lo hace con demasiada potencia y de forma continuada en el tiempo. Esta casa de la que hablamos es muy especial. Contiene todos tus sueños, esperanzas, planes y futuro. Tiene además un jardín, un huerto donde comer saludable.