En los tiempos de Pancho Villa en Méjico, sus hombres sobre los caballos y con sus pistolas daban los gritos siguientes ¡Viva la revolución! ¡Viva la revolución! ¡Viva la revolución!, sale uno y chilla ¡Viva la menstruación! ¡Viva la menstruación!, y otro le dice: ¿Que coño pinta esto aquí? y el otro contesta ¡Es igual! ¡mientras corra la sangre!.