El equipo de Francisco se mete de lleno en la pelea por la permanencia mientras hunde a un Pablo Machín que encadena cinco jornadas sin ganar.
En las paredes del Estadio de El Alcoraz reza el lema “aquí no se rebla”, que hace honor a la fortaleza mental que impide a alguien rendirse antes de tiempo. Tiene la Sociedad Deportiva Huesca, pese a sus sensibles circunstancias, grabado a fuego este lema en la cabeza, empeñado en convertir en posible algo que parecía imposible hace tan solo unos meses. Con tres victorias en las últimas cinco jornadas, la última precisamente a costa de un Sevilla (2-1) que se hunde sin remedio alguno, el equipo de Francisco se ha metido de lleno en la pelea por la permanencia, aprovechando los recientes pinchazos de Villarreal y de Rayo Vallecano para quedarse a tan solo tres puntos de distancia con respecto al Celta de Vigo, rival que marca la zona de salvación con un partido todavía por disputar.
Motivado por el calor de su público, consciente de que cada punto que haya en juego en El Alcoraz es un argumento más que sostiene el posible milagro de la permanencia en la élite del fútbol español, el Huesca saltó al campo con la intensidad y las ganas que no mostró el Sevilla. Esas aspiraciones pronto se vieron expuestas sobre el papel. En apenas siete minutos, los del Alto Aragón se pusieron por delante en el marcador gracias a una gran acción ofensiva de Javi Galán, que encontró primero un pasillo que dejó Jesús Navas abierto y después a Juanpi libre de marca a la espalda de Kjaer para estrenarse como goleador con la camiseta azulgrana.
Con el marcador en contra, Éver Banega quiso asumir la responsabilidad, encargándose de lanzar al equipo en busca del gol de la igualada. El Huesca, por tanto, consideró que la mejor opción era la de contener, guardando la ropa y cerrando los espacios, juntándose por dentro y defendiendo con dos bloques bajos que privaban de libertad de movimientos a Wissam Ben Yedder o Pablo Sarabia. El mediocentro argentino nunca llegó a sentirse cómodo en la primera fase de creación, presionado por la cantidad de jugadores que le cercaban en el momento de la salida de balón. Como alternativa, el cuadro andaluz tuvo en Jesús Navas el principal recurso para atacar, proyectándose constantemente hacia arriba para dar amplitud al terreno de juego y servir centros laterales que ni André Silva ni Quincy Promes pudieron hacer buenos.
La versión del cuadro hispalense en el segundo tiempo mejoró sensiblemente, obligando al Huesca a mantener la concentración en todo momento y no cometer errores de bulto. Supo sufrir el cuadro aragonés, repeliendo los balones bombeados que caían al área de Roberto Santamaría y desquiciando a un Sevilla que tomó oxigeno en los diez minutos finales, con un claro penalti de Yangel Herrera sobre Mercado que transformó Ben Yedder desde los once metros.
De nada le sirvió el esfuerzo al conjunto hispalense, que volcó el terreno hacia el campo rival y celebró antes de tiempo un gol de Munir que De Burgos Bengoetxea anuló por estar en fuera de juego. La suerte cayó del lado aragonés, que instantes después aprovechó una mala entrega de Vaclik en un saque de puerta para que Pulido construyese una jugada que descargó hacia el ‘Chimy’ Ávila, que clavó la pelota en la escuadra del meta checo para desatar la locura en El Alcoraz y hundir a un Sevilla en caída libre, que enlaza cinco jornadas consecutivas sin ganar, sumando un punto de los últimos quince posibles, resistiéndosele la victoria a domicilio desde finales de septiembre de 2018 y cayendo hasta la sexta posición. La plaza de Champions League, con el Alavés y el Getafe como principales competidores, se está poniendo a un precio de oro.
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Tema: Huesca 2-1 Sevilla: ‘Chimy’ Ávila deja a Machín en la cuerda floja (Leído 198 veces)