En un duelo entre dos equipos en crisis, el Valencia tuvo que remontar ante un Celta falto de ideas
El Valencia ha tenido que remontar en Balaídos para llevarse los tres puntos, ante un Celta de Vigo falto de ideas en cuanto se complicaron un poco las cosas. Si bien se enfrentaban dos equipos en crisis de resultados, el equipo de Marcelino mejoró su juego con la entrada de Torres y Gameiro, ante un rival que solo supo encerrarse atrás y no le bastó para puntuar. Con este resultado, los gallegos suman cuatro derrotas consecutivas y coquetean peligrosamente con el descenso.
Aunque el Valencia trató de mostrarse superior ante un rival en dinámica negativa, su línea de ataque tuvo problemas para definir. Marcelino volvió a confiar en Rodrigo y Santi Mina, pero la mala puntería y un inspirado Neto frustraron sus planes. Al final el Celta terminó la primera mitad con más remates totales, y a cinco minutos del descanso fue Araujo quien abrió el marcador, tras cabecear un saque de esquina de Brais Méndez sin oposición de los centrales.
Más allá de ocasiones a balón parado, especialmente una de Parejo antes del descanso que salvó Rubén, el Valencia seguía teniendo problemas para finalizar lo que empezaba. Cuando quedaba media hora de partido, Marcelino hizo un doble cambio con la entrada de Gameiro y Ferrán Torres, mientras Rodrigo terminó el encuentro de interior izquierdo y Mina se quedó en punta. Ferrán no desaprovechó la oportunidad a los setenta minutos: a través de un centro de Gayá, la bajó con el pecho y nada más botar termina empatando con el exterior. Su primer gol en Liga, cuatro días después de estrenarse en Copa.
A partir de la igualada, los gallegos sufrían con cada centro lateral y se encerraron sobre sí mismos. A cinco minutos del final, Parejo encontró al primer toque un espacio para Gameiro, quien arrancó en solitario desde la banda y se la cedió a Rodrigo para remontar a bocajarro. El hispanobrasileño lo necesitaba, pues estaba temporada solo llevaba dos goles, y lo logró al dejar la banda para meterse por el carril central.
Lejos de despertar, el Celta terminó el encuentro sin salir de su propio campo y con una evidente falta de ideas, lo cual terminó por desesperar a la grada de Balaídos. Más que nunca, este equipo espera la recuperación de Aspas como agua de mayo.
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