6 per. 40 min
400 g de zanahorias
400 g de patatas
100 ml de nata para montar
1 ramita de perejil
12 g de hojas de gelatina
1 hoja de laurel
1 cucharada de azúcar
½ vasito de caldo, sal
Aceite de oliva
Pimienta
Raspa y lava las zanahorias. Córtalas en rodajas y rehógalas 1 minuto en una cucharada de aceite. Añade el caldo y el azúcar. Salpimienta, cuece 10 minutos, hasta que el caldo se evapore, y pásalas por la batidora.
Pela las patatas, lávalas y trocéalas. Cuécelas en agua salada, con el laurel lavado, 15 minutos. Escúrrelas, retira el laurel y tritúralas con una pizca de pimienta.
Deja la gelatina en remojo de agua fría 5 minutos. Calienta la nata en un cazo y divídela en dos partes. Añade a cada una la mitad de la gelatina escurrida. Mezcla y agrega un puré a cada una.
Unta con aceite seis flaneras individuales y reparte en ellas los dos purés, formando tres capas de dos colores (en unas, dos capas de puré de patata y una del de zanahoria, y en las otras, dos del de zanahoria y una del de patata). Déjalo cuajar en la nevera al menos 6 horas. Saca los flanes, desmóldalos con cuidado en platos y sírvelos decorados con una hojita de perejil lavada y seca.
El truco: puedes pelar las patatas más fácilmente si las pones a cocer con la piel. Haces un corte en la piel y cuando estén cocidas la podrás retirar sin problemas